Definición de rubicundo
Rubicundo es un adjetivo cuyo origen etimológico remite al vocablo latino rubicundus. El concepto puede referirse al color rubio que, por su tonalidad, se asemeja al rojo. De este modo, el cabello rubicundo es aquel semejante al colorado.
Por ejemplo: “Un hombre rubicundo sorprendió a todos al saltar al campo de juego para saludar a los jugadores”, “Su cabello rubicundo sobresalía a la distancia y hacía que la niña fuera fácil de reconocer entre sus compañeras”, “Anoche te vi caminando junto a un muchacho rubicundo…”.
El adjetivo también se utiliza para calificar al ser humano que presenta buen color y que, por su semblante, parece tratarse de un individuo saludable: “Después de los días de descanso, el actor regresó rubicundo a las grabaciones de la novela”, “No te preocupes, es un joven rubicundo que no tendrá ningún problema para superar el desafío”, “No parece ser alguien rubicundo: ¿en serio crees que es un individuo apto para este tipo de trabajo?”.
Cuando se hace referencia a un rostro rubicundo, se puede estar aludiendo al tono rojizo de las mejillas o del rostro en general: “La joven de rostro rubicundo llamó la atención de los presentes por su belleza”, “Con el rostro rubicundo por el esfuerzo, el anciano decidió sentarse a descansar un rato”, “El sacerdote, de rostro rubicundo y amable, tranquilizó a la niña”.
Es importante destacar que el rostro rubicundo puede deberse a múltiples factores, desde el esfuerzo físico hasta la ira pasando por el efecto que produce el alcohol en el organismo.
La rubicundez, cualidad de rubicundo, es una de las características de la piel de los niños recién nacidos que deben evaluar los enfermeros como parte del examen físico general rutinario (los demás son el color, la cianosis, la equimosis y la palidez). A menudo se observa en la mitad del cuerpo del neonato un enrojecimiento de la piel que dura unos instantes (generalmente hasta que se lo cambia de posición) y que contrasta claramente con la tonalidad del resto del cutis. Las membranas mucosas son las únicas partes que no se ven afectada por este fenómeno.
Dicho enrojecimiento de la piel en el neonato solamente tiene lugar cuando éste se encuentra en decúbito lateral (yaciendo sobre uno de sus costados) y si rota para ubicarse del otro decúbito, entonces se invierten los colores. Cabe señalar que la intensidad de la rubicundez es diferente en cada caso; del mismo modo, a veces la línea de demarcación no es completa, sino que pasa por alto los genitales y el rostro.
Gracias al llanto y la actividad intensa de los músculos, el enrojecimiento se generaliza, lo cual provoca que desaparezca la diferencia antes descrita. Esto suele aparecer entre el segundo día de vida y el quinto, a pesar de que en algunos casos se presenta incluso a las tres semanas del nacimiento; dura un mínimo de 1 minuto y un máximo de 20. Este episodio puede ser único o bien darse más de una vez y no se ve acompañado de trastornos en los reflejos pupilares, la respuesta a los estímulos externos, la frecuencia cardíaca o el tono muscular. El nombre por el que se conoce este cambio de color cutáneo es «piel arlequinada».
El recién nacido también puede verse rubicundo a causa de la policitemia, una condición que se da cuando los valores del hematócrito venoso son superiores a 65 Vol % o la hemoglobina venosa supera los 22 g/dL. Por lo general, los neonatos que sufren policitemia no muestran otro signo clínico que la rubicundez, la cual se puede detectar a simple vista, o tras observar los labios, la lengua, la mucosa de los ojos, las plantas de los pies y las palmas de las manos.