Definición de recriminar
Recriminar consiste en enrostrar una acción o una actitud a una persona. Cuando alguien le recrimina algo a otro sujeto, le echa en cara aquello que hizo o dijo, a la manera de regaño o amonestación.
Por ejemplo: “Ante todos los presentes, el hombre comenzó a recriminar a su esposa por su conducta”, “El gobernador volvió a recriminar al presidente su poca predisposición para atender los problemas de la provincia”, “No tengo nada que recriminar al entrenador: hizo lo que consideró correcto para el equipo”.
Lo que se hace al recriminar, por lo tanto, es manifestar un descontento. Quien recrimina expresa su malestar a otra persona, ya sea para exigirle un cambio o simplemente para dejarle en claro que no está de acuerdo con su accionar. Una recriminación, por sus características, puede ser el primer paso hacia una discusión o una pelea, ya que pocos sujetos toleran o aceptan una reprimenda.
Cuando alguien recrimina una conducta a otra persona y lo hace en público, la provocación es mayor, ya que el receptor de dicho reproche puede sentirse humillado, independientemente del tono utilizado. Lamentablemente, dadas ciertas cuestiones sociales, no es normal que los seres humanos aceptemos nuestros errores con calma y apertura, sino que la tendencia más común es intentar hacer responsable a un tercero.
Si a esta actitud, tan común como resultado de las tremendas presiones que la sociedad ejerce sobre nosotros para que seamos perfectos, le sumamos la exposición a la hora de recibir una reprimenda, la reacción puede ser mucho peor. Pero cabe mencionar que la recriminación no siempre es justa, aunque el concepto de justicia sea muy subjetivo; son muchas las variables que determinan la estructura de una relación interpersonal, y por ello es muy difícil determinar quién tiene razón a cada paso, si todas las partes están en lo correcto o, por el contrario, equivocadas.
Por lo tanto, si la recriminación tiene lugar en público y no se basa en un reclamo justo, puede derivar en una fuerte discusión o, dependiendo del carácter de la otra persona, en una situación violenta. Muchas veces pasamos por alto el esfuerzo de nuestros seres queridos por hacernos felices, ya que damos por sentado que siempre estarán ahí para nosotros, y quizás somos demasiado duros con ellos cuando cometen un error, por pequeño que sea, lo cual puede resultar devastador si han invertido muchas energías y entusiasmo.
Podemos encontrar ejemplos de individuos que deciden recriminar algo en la vida cotidiana. Supongamos que una pareja sale a cenar para disfrutar una velada romántica y le pide a su hijo adolescente, quien se quedará en la casa, que mantenga el orden del hogar. Al regresar de la salida, los padres se encuentran con que el hijo organizó una fiesta en la vivienda y dejó platos y vasos sucios en la cocina. Por eso deciden recriminar su conducta al joven, que contradijo sus indicaciones. Recriminar, en este caso, puede consistir en hacerle notar al adolescente su falta, enumerando todo lo que hizo en contra del pedido de los padres.
Cabe señalar que la acción de recriminar no siempre se lleva a cabo con un lenguaje directo, así como tampoco debe hacerse necesariamente de forma oral ya que en la actualidad gran parte de la comunicación con nuestros conocidos tiene lugar a través de servicios de mensajería instantánea, principalmente en texto.
Recriminar algo a otra persona haciendo uso de indirectas y sarcasmo puede resultar muy irritante, aunque también pone en riesgo la comprensión del mensaje. Un recurso útil para dejar al interlocutor pensando en nuestras palabras, para descubrir aquello que no hemos dicho o escrito directamente, son los puntos suspensivos, que en el habla se reproducen evitando la conclusión tonal de nuestras oraciones.