Definición de rebelde
Rebelde es un adjetivo que procede del vocablo latino rebellis y que hace referencia a quien se rebela. Este verbo, por su parte, indica la acción de sublevar u oponer resistencia.
Algunos ejemplos donde aparece el término son: “Un grupo rebelde se levantó en armas contra las autoridades del pueblo”, “El militar rebelde fue abatido tras dos horas de intenso tiroteo”, “Bart Simpson es un niño rebelde que, en la popular serie animada, le genera muchos disgustos al director de su escuela”.
La rebeldía supone una falta a la obediencia debida o al mandato de la autoridad. Un empleado que desoye las órdenes de su jefe, un policía que no hace caso a sus superiores, un estudiante que infringe las normas impuestas por su profesor y un futbolista que decide no obedecer a su entrenador son ejemplos de personas rebeldes.
La forma en la que se manifiesta una persona rebelde se conoce como rebelión o rebeldía, que también puede estar asociado a otras nociones tales como revuelta, sedición, motín o levantamiento.
En el ámbito del derecho, rebelde es quien incumple una orden de un juez o no comparece en juicio después de una llamada en forma: “Juan Echagaray fue declarado en rebeldía por el tribunal ya que no se presentó a declarar”, “El testigo rebelde aseguró que no asistirá a la sala ya que teme por su vida”.
“Rebelde”, por último, es el título de una telenovela mexicana que adaptó la serie televisiva argentina “Rebelde way”. Ambos programas derivaron en la creación de grupos musicales de estilo pop, integrados por los actores.
Tipos de personas rebeldes
Hay dos tipos de personas rebeldes, aquéllas que se encuentran en una etapa de la vida donde la rebeldía es protagonista (la adolescencia) y aquellas personas que poseen un espíritu rebelde que los lleva a manifestarse en contra de todas las estructuras.
* Las primeras, se manifiestan contrarias a todo lo que no escojan por propia voluntad porque necesitan demostrar que ya son autosuficientes, pero su rebeldía desaparece cuando realmente se convierten en adultos.
* Las segundas, demuestran un espíritu inquieto que las acompaña durante toda su vida; suelen convertirse en artistas capaces de imponer nuevas formas de expresividad. Este tipo de personas suelen tener muchos seguidores pero también muchos enemigos, que los rechazan sólo por manifestarse contra las ideas que ellos consideran supremas.
Durante la adolescencia solemos volvernos rebeldes porque empezamos a descubrir nuestras características adultas y deseamos que se nos respete. Nuestra forma de imponernos y de conseguir la aceptación en la sociedad es rebelarnos ante nuestros superiores (padres, maestros, mayores). No obstante, con el paso de los años ese espíritu rebelde suele aplacarse, cuando llega la madurez del individuo.
En el caso de las personas que son rebeldes por naturaleza cabe mencionar que suelen ser individuos de una gran seguridad en sí mismos y que son inconformistas: siempre desean ir más allá de los propios límites y de aquéllos que les imponga la sociedad. En este grupo podríamos mencionar a muchísimos artistas que gracias a esa rebeldía fueron capaces de crear estilos e imponer nuevas tendencias en la disciplina en la que se encontraban explorando, como es el caso de Frida Kahlo. Muchos espíritus rebeldes son creativos y, por ende, imprescindibles para la evolución del arte a lo largo de la historia.
Un espíritu rebelde, además, como no soporta todo aquello que se le desea imponer, rechaza los valores tradicionales buscando su propio camino contra aquellas normas que se consideran fundamentales. Puede rechazar por ejemplo los estudios académicos para autoeducarse e intentar alcanzar el objetivo que desea por un sendero no tradicional.