Definición de espíritu

Del latín spirĭtus, espíritu es el alma racional, el don sobrenatural que Dios concede a algunas criaturas o la virtud que la alienta el cuerpo para actuar. Por ejemplo: “Quiero un trabajo que, además de darme sustento material, me alimente el espíritu”, “Es un hombre de un espíritu puro”, “El sacerdote nos ayudó a sanear el espíritu de la comunidad”.

El concepto de espíritu se utiliza de diversas maneras. En el ámbito de la religión, el espíritu es una entidad no corpórea (es decir, que no tiene cuerpo o manifestación corporal). Un ser espiritual puede ser un ángel, un fantasma, etc.: “La leyenda cuenta que en la vieja mansión de la colina habitan espíritus malignos”, “¿Qué te ocurre? Pareciera que has visto un espíritu”, “Hay quienes dicen que pueden hablar con los espíritus”.

Algunas personas creen que los espíritus pueden poseer el cuerpo de las personas vivas. De esta manera, el espíritu pasa a tener una manifestación corpórea, al usurpar el cuerpo de un sujeto: “El espíritu del hombre asesinado ha entrado en el cuerpo de un niño”, “La película muestra cómo un espíritu se apodera del cuerpo de un granjero”.

Asimismo no hay que olvidar que muchas son las historias reales o leyendas que circulan en todo el mundo acerca de mansiones, edificios o lugares que se consideran mágicos porque en ellos se considera que viven espíritus. Ese sería el caso, por ejemplo, de la Casa de América de Madrid.

Espíritu Santo, por otra parte, es una noción de la teología cristiana que refiere a una persona divina que forma parte de la Santa Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Se trata, en este sentido, de una manifestación de Dios.

Dentro del ámbito de la enología también es frecuente utilizar el término espíritu que ahora nos ocupa. En su caso, se emplea para referirse al vapor que exhalan tanto lo que son los licores como los vinos en general y que se caracteriza por su sutileza.

También hay expresiones que se usan de manera coloquial y que recurren a la palabra citada. Un claro ejemplo es “el espíritu de la golosina”. Se trata de una terminología con la que se viene a indicar que una persona está excesivamente delgada: “María realizaba sesiones maratonianas de trabajo que estaban provocando que fuera el espíritu de la golosina”.

Además de todo ello tenemos que destacar que una de las novelas más importantes del siglo XX en castellano lleva por título precisamente “La casa de los espíritus”. La prestigiosa escritora chilena Isabel Allende fue la que, en el año 1982, publicó este libro, enmarcado dentro del realismo mágico, que viene a contarnos la historia, durante cuatro generaciones, de la familia Trueba.

Las clases sociales, las revoluciones, las ideas políticas, los conflictos personales, el amor, la venganza o la necesidad de cumplir con las normas morales impuestas son algunos de los pilares que sustentan este relato, en el que se irá descubriendo cómo los personajes van haciendo frente a todos ellos.

El espíritu también puede ser sinónimo de carácter, el principio que impulsa el ánimo o la fortaleza natural: “El equipo perdió porque no tuvo espíritu”, “Juan Pablo tiene un espíritu innovador”, “Hace falta mucho espíritu para superar una enfermedad de este tipo”.

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