Definición de quirúrgico
El adjetivo quirúrgico procede del latín chirurgicus, aunque su origen etimológico más lejano se halla en el griego. El término se emplea con referencia a aquello vinculado a una cirugía.
Para comprender qué es algo quirúrgico, por lo tanto, hay que saber con precisión a qué se refiere el concepto de cirugía. Se trata de la especialidad médica que consiste en la curación de un trastorno o una enfermedad a través de una operación.
Una intervención de tipo quirúrgico, por lo tanto, supone una acción mecánica sobre una estructura anatómica del cuerpo. Las cirugías pueden desarrollarse como parte de un tratamiento para la solución de un problema o con la finalidad de establecer un diagnóstico.
En la antigüedad, lo quirúrgico no era valorado por quienes se encargaban del cuidado de la salud, ya que lo consideraban como un desvío de lo natural. A partir de la Edad Media, en cambio, se empezó a entender que las cirugías eran muy importantes para tratar una amplia gama de complicaciones de la salud.
En las últimas décadas, la especialidad quirúrgica dio grandes pasos gracias al avance de la tecnología y de los descubrimientos científicos. El uso de láser y de microcámaras, por ejemplo, hace que las operaciones sean mucho menos invasivas que años atrás, algo que contribuye a minimizar los plazos de recuperación tras la cirugía y que reduce las dolencias posteriores a la intervención.
Cabe mencionar que la actividad quirúrgica se desarrolla en un espacio conocido como quirófano. El médico que se especializa en esta disciplina recibe el nombre de cirujano.
Si bien cualquier procedimiento quirúrgico es riesgoso, la medicina ha establecido cinco niveles de riesgo, según el estado en el que se encuentre el paciente antes de someterse a la operación. Los factores que se evalúan para poder determinar el nivel de cada individuo son los antecedentes familiares y personales, y la edad.
Por ejemplo, un joven que goza de muy buena salud puede estar en el grado uno. Una persona mayor a 50 años, por otro lado, como mínimo es calificada como de grado dos. Si padece alguna enfermedad, tal como la diabetes, se le asigna el nivel tres y si además tiene una otro trastorno, tal como insuficiencia cardíaca, puede subir uno o dos, hasta el máximo. Los lactantes no bajan del grado dos.
Independientemente del grado de riesgo de los pacientes, hay ciertos procedimientos quirúrgicos que se consideran especialmente peligrosos; algunos de ellos son los siguientes:
* trasplante de corazón: dado que se trata de la extracción de un corazón, ya sea enfermo o lesionado, y de su reemplazo por otro, que proviene de un donante, existe el riesgo de que se produzca un accidente cerebrovascular, daño a ciertos órganos (como el hígado y los riñones), ataque cardíaco y coágulos de sangre. Por otro lado, se acrecienta el riesgo de infección por las heridas y por los fármacos;
* cirugía de derivación gástrica: es un procedimiento indicado para combatir el sobrepeso. Por lo general se indica a mujeres que superen su peso ideal en 35 kilogramos o más y a los hombres que lo superen en 45 o más. El riesgo de esta intervención quirúrgica se da ya que se debe alterar el modo en el cual el intestino y el estómago administran el consumo de los alimentos;
* reparación de aneurisma cerebral: cuando la pared de una arteria cerebral se ensancha demasiado se habla de aneurisma. Una vez que alcanza un tamaño considerable puede romperse o filtrar sangre. El procedimiento quirúrgico para reparar dicho problema puede dejar consecuencias tales como trastornos en el habla, debilidad muscular y pérdidas de memoria, entre otras.