Definición de quartz
Quartz es un término inglés que se emplea para nombrar al cuarzo, un mineral que se encuentra formado por óxido de silicio (compuesto también conocido como sílice). Se trata de uno de los minerales más abundantes de la Tierra, ya que es posible encontrarlo en rocas sedimentarias, metamórficas e ígneas.
Veamos a continuación una breve definición de cada una de estas rocas, para comprender mejor el concepto de quartz:
* rocas sedimentarias: su formación tiene lugar cuando se acumulan sedimentos, o sea partículas de varias dimensiones que transportan el aire, el hielo o el agua y que se someten a procesos químicos y físicos, de los cuales surgen materiales consolidados. Algunos de los sitios en los cuales es posible encontrar rocas sedimentarias son las desembocaduras y las orillas de los ríos, el fondo de mares, lagos, valles y barrancos. Con respecto a su disposición, forman estratos o capas;
* rocas metamórficas: se trata de aquellas que se forman cuando otras rocas, que pueden ser de cualquiera de estos tres tipos, atraviesan un proceso que se denomina metamorfismo, ya sea por exposición a altos valores de presión, temperatura o a un fluido activo capaz de generar cambios en su composición y aportarle sustancias nuevas. Se denomina protolito al estado anterior de la roca metamórfica, y también a la roca en sí misma. La clasificación de las rocas metamórficas se lleva a cabo teniendo en cuenta su textura y los minerales que la componen;
* rocas ígneas: son aquellas que surgen tras el enfriamiento y la solidificación del magma. Si el primero de dichos procesos se da bajo la superficie y de manera lenta, se producen rocas con grandes cristales llamadas intrusivas o plutónicas, mientras que si tiene lugar sobre la superficie y toma poco tiempo (tal como sucede luego de una erupción volcánica), las rocas que se forman poseen cristales microscópicos y se denominan extrusivas o volcánicas. Algunas de las más conocidas, dentro de las más de 700 que han sido descubiertas, son el pórfido, el basalto, la riolita y el granito.
Incoloro en estado puro, el quartz o cuarzo se destaca por su dureza. Puede emplearse para generar diversos tipos de productos: relojes, radares e instrumentos ópticos son algunos de los objetos que utilizan cuarzo, que es un mineral con propiedades piroeléctricas (las modificaciones de temperatura generan un campo eléctrico en su interior, alterando la polarización eléctrica) y piezoeléctricas (la tensión mecánica provoca la polarización eléctrica de la masa, surgiendo una diferencia de potencial superficial).
Entre dichos productos, el más relacionado con el quartz a nivel popular es el reloj. En este caso, el uso de una pieza de cuarzo tiene el objetivo de producir impulsos a intervalos iguales para medir el tiempo con precisión. Por lo general, esta pieza se talla de forma laminada y se mete en un cilindro de metal, el cual la protege. Para generar una vibración en el cristal de quartz, es necesario alimentarlo con un campo eléctrico.
Distintas variedades de cuarzo aparecen entre las llamadas piedras preciosas. La variedad más requerida por la joyería es la amatista, que suele ser de color violeta. Por lo general, la amatista se ubica entre las piedras más valoradas detrás de los rubíes, las esmeraldas, los diamantes y los zafiros.
El citrino, el ametrino y el morion son otras variedades de quartz que se emplean para la creación de joyas y adornos.
A partir de su estructura, es posible diferenciar entre el cuarzo-a (o bajo cuarzo) y el cuarzo-ß (alto cuarzo). El primero, que resiste hasta 573°C, dispone de una estructura de tipo trigonal. A partir de dicha temperatura y hasta los 867°C, existe el alto cuarzo, de estructura hexagonal. Una vez superados los 867°C, el cuarzo se convierte en tridimita, otra clase de mineral.