Definición de promesa
En el latín es donde se encuentra el origen etimológico del término promesa que ahora nos ocupa. Y es que emana, más exactamente, de la palabra “promissus”, que está conformada por dos partes diferenciadas: el prefijo “pro-“, que es equivalente a “antes”, y “missus”, que es el participio del verbo “mittere”, que puede traducirse como “arrojar”.
Promesa es la expresión de la voluntad de hacer algo por alguien o de cumplir con un cierto sacrificio en caso de conseguir algún logro. Puede entenderse la promesa como un acuerdo entre dos partes a través del cual una de ellas se compromete a realizar algo ante el cumplimiento de una condición o el vencimiento de un plazo.
Por ejemplo: “Te doy mi promesa: si consigo este empleo, el año que viene nos iremos de vacaciones al Caribe”, “Juan me dio su promesa de dejar fumar antes de mi cumpleaños”, “La promesa del niño no fue creída por su madre”.
Es posible asociar una promesa a un juramento. El compromiso adquirido por quien promete es un compromiso de palabra, donde la persona empeña su honor o dignidad. Si, llegado el momento, el sujeto no cumple con su promesa, habrá perdido el crédito o el respeto ante la persona a la cual le falló, pero difícilmente pueda sufrir algún tipo de consecuencia legal. La sanción, por lo tanto, será más bien simbólica.
Un hombre puede prometerle a su esposa que dejará de beber alcohol en un plazo inferior a los tres meses. Cumplido el periodo, el hombre sigue bebiendo. Por lo tanto, habrá incumplido su promesa. Su mujer, en definitiva, tendrá la opción de perdonar su falta o de imponerle algún tipo de castigo, más allá de su decepción (o no) interna.
Dentro del ámbito del Derecho se entiende promesa como un contrato a través del cual una o las dos partes que intervienen en él se obligan a cumplir una condición determinada en el plazo del tiempo que se estipule conveniente.
De este tipo de contrato, podríamos destacar además las siguientes señas de identidad:
• Está regulado por ley.
• No está subordinado a ningún otro.
• Debe aparecer por escrito.
• Puede ser unilateral o bilateral, precisamente en base a si esa obligación la debe cumplir una de las partes o las dos.
• Para que pueda ser real y efectuarse como tal debe contar con elementos imprescindibles tales como la persona que obliga y la que se compromete, las condiciones, los elementos objetos de la promesa, el tiempo estipulado…
La promesa incluso puede realizarse a Dios en un rezo. La consecuencia del no cumplimiento, por supuesto, quedará en la conciencia del sujeto.
También tendríamos que decir que es habitual usar el término de “simple promesa”. Este se emplea para referirse a aquella que se ha acometido sin necesidad de tener que jurar o prometer.
Otros usos del concepto de promesa están vinculados a la persona que, por sus cualidades, promete grandes logros (“Este niño es la gran promesa del club”) y al indicio o la señal que hace esperar algún bien (“El día de sol es una promesa de diversión en la playa”).
Además habría que resaltar que dentro del ámbito cinematográfico está la película “Promesas del este”, estrenada en 2007 y dirigida por David Cronenberg. Viggo Mortensen y Naomi Watts son los protagonistas de esta historia que gira en torno al mundo de la mafia rusa.