Definición de privación

Privación es un concepto que tiene su origen etimológico en privatio, de la lengua latina. Se trata del resultado de sustraer, imposibilitar o despojar. Una privación, por lo tanto, se sufre cuando a uno le falta algo que podría o debería tener.

Por ejemplo: “Cuando era chico, sufrí muchas privaciones materiales”, “El joven denuncia que sufrió una privación ilegítima de la libertad durante más de veinte horas”, “Me gustaría que los gobernantes vieran las privaciones que tenemos en este barrio”.

La privación puede asociarse a la falta de recursos o de servicios básicos. Quienes sufren privaciones, en este sentido, son aquellos ciudadanos que no tienen dinero para comprar alimentos, que carecen de acceso a la educación, que no pueden utilizar los servicios de salud o que viven en una zona sin agua potable, por citar algunas posibilidades.

Las privaciones, en otro sentido, pueden ser castigos que se aplican sobre el responsable de ciertos delitos. Cuando una persona es encarcelada, puede decirse que se la ha privado de su libertad. La privación, en este caso, es legal. En cambio, si un individuo es secuestrado, la privación de la libertad es ilegal.

Se conoce como privación sensorial, por otro lado, a la obstrucción parcial o total, temporal o definitiva, de alguno de los sentidos. Esto quiere decir que una persona sometida a una privación sensorial, no podrá recibir los estímulos que, en una situación normal, captaría a partir de sus sentidos. Un individuo al que se le coloca una capucha para que no pueda ver y orejeras para que no pueda escuchar, estará siendo sometido a una privación sensorial.

Además de los métodos recién expuestos, que bien pueden formar parte de una broma pesada entre amigos, la privación sensorial puede aplicarse de formas mucho más violentas cuando su intención es la tortura o la extracción de información confidencial. Entre los elementos que superan en complejidad a las vendas y las orejeras se encuentran aquellos diseñados para el bloqueo del gusto, el tacto, el olfato, la percepción de la temperatura (denominada termorrecepción o termocepción) y de la gravedad.

La privación sensorial puede tener objetivos muy diferentes: desde la experimentación psicológica y los tratamientos de medicina alternativa hasta medidas de castigo y tortura a prisioneros o sospechosos de terrorismo internacional. Es importante señalar que si bien su aplicación durante períodos cortos de tiempo puede producir relajación, cuando se prolonga, sus consecuencias pueden ser tan graves como las alucinaciones, la depresión, la ansiedad extrema, el trastorno de personalidad antisocial (TPA) y los pensamientos extravagantes.

La privación de sueño es un descenso de las horas habituales de reposo, que puede surgir como consecuencia de un trastorno de sueño (también denominado desorden o enfermedad de sueño, es un padecimiento que impide el normal desarrollo del ciclo sueño-vigilia), del estrés o bien tratarse de una decisión deliberada o de un método de tortura para llevar a cabo una interrogación o alguna forma de lavado de cerebro.

Según la frecuencia y la intensidad con la cual se produzca la privación de sueño, pueden aparecer algunos de los siguientes efectos fisiológicos: dolor en los músculos; dificultad para enfocar la vista; depresión; hiperactividad; disminución en la concentración y en la actividad cerebral; problemas de memoria; lentitud y confusión; aumento del colesterol; dificultad para hablar con claridad.

Existen numerosos estudios acerca de los efectos de la privación de sueño en diversos aspectos de la vida, y todo apunta a que no debe subestimarse la importancia del descanso diario. Tanto el desarrollo del cerebro como el crecimiento de nuestro cuerpo sólo pueden tener lugar de manera adecuada si dormimos el mínimo recomendado de acuerdo a nuestra edad.

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