Definición de prepotencia
Prepotencia es un concepto que tiene su origen etimológico en praepotentia, de la lengua latina. Se trata de la característica de una persona que es prepotente, es decir, que impone su poder o su autoridad sobre otros sujetos para sacar un provecho o para ostentarlo.
Por ejemplo: “No me gusta la gente que pretende conseguir cosas con prepotencia”, “El hombre encaró al empleado y, con prepotencia, le exigió que lo atendiera”, “El presidente del club mostró una vez más su prepotencia al empujar e insultar a los periodistas que cubrían el entrenamiento”.
La prepotencia suele asociarse a la soberbia y la arrogancia. El sujeto prepotente tiene una excesiva valoración de sí mismo; en otras palabras, se siente superior a los demás. Por eso no duda en tratar de imponerse por la fuerza (ya sea física o simbólica), convencido de que el resto de la gente debe someterse a su voluntad.
Supongamos que una persona entra en una tienda y descubre que hay otros cuatro clientes esperando a ser atendidos; puede decirse que si se acercara al mostrador y le exigiera al dependiente que la atendieran inmediatamente porque tiene cosas importantes que hacer y no puede perder tiempo estaría dando un claro ejemplo de prepotencia.
La prepotencia también puede aparecer cuando un jefe le da una orden a un empleado. Dicha situación no es extraña, ya que la jerarquía interna de la empresa habilita a que ciertos individuos le digan a otros qué deben hacer. Pero si el jefe se dirige a su empleado de mala manera y le dice que debe obedecer al pie de la letra todo lo que le indique porque si no lo despide, habrá evidenciado su prepotencia.
Si bien esta manera de actuar suele ser poco común dentro de un grupo de personas, gracias a ciertos programas de televisión y a las redes sociales podemos observar que hay muchos más casos de los que creíamos. En los concursos de talento, por ejemplo, no es raro ver participantes que, a pesar de no poseer las condiciones para calificar, entran en escena asegurando ser los mejores y atacan a los jueces si no los escogen.
Los individuos prepotentes pueden vivir situaciones de poder en algunos casos, pero también ser criticados y verse obligados a soportar la soledad y el aislamiento como consecuencia directa de su forma de ser.
Como cualquier otra actitud desagradable e injusta hacia los demás, tiene su precio, y muchas veces puede ser más alto de lo que piensan sus víctimas. ¿Qué mueve a una persona a ser prepotente, a tratar a su entorno con desprecio? ¿De dónde parte la necesidad de ciertos individuos de humillar a sus empleados delante de los clientes o de sus propios compañeros? ¿Les resulta verdaderamente satisfactorio?
Imaginemos una situación en la que un trabajador con poca experiencia está intentando cumplir con sus obligaciones de la mejor manera posible, a pesar de los nervios que le causa ser observado pos sus superiores mientras se relaciona con un cliente; de pronto, su supervisora lo desacredita delante de todos con un tono despectivo, lo aparta bruscamente y le demuestra cómo debe desenvolverse sin ningún interés de que aprenda, sino buscando demostrarle lo mal que lo había hecho.
Dicho trabajador puede llegar a sentirse muy humillado e incluso tomar la decisión de renunciar. Sin embargo, esto no significa que la vida de su supervisora sea necesariamente mejor; actitudes de este tipo no le traen otra cosa que críticas negativas y soledad, ya que nadie quiere acercarse a alguien así. Y este puede ser el punto clave: quizás la prepotencia parta del miedo a quedarse solo, a sentirse despreciado, e irónicamente es allí donde conduce.