Definición de supervisión
Supervisión es la acción y efecto de supervisar, un verbo que supone ejercer la inspección de un trabajo realizado por otra persona.
Quien supervisa se encuentra en una situación de superioridad jerárquica, ya que tiene la capacidad o la facultad de determinar si la acción supervisada es correcta o no.Por lo tanto, la supervisión es el acto de vigilar ciertas actividades de tal manera que se realicen en forma satisfactoria.
La supervisión implica controlar el trabajo realizado por otra persona.
Cómo se desarrolla la supervisión
La supervisión se utiliza sobre todo en el ámbito de las empresas, donde suele existir el puesto de supervisor. En este sentido, la supervisión es una actividad técnica y especializada cuyo fin es la utilización racional de los factores productivos. El supervisor se encarga de controlar que los trabajadores, las materias primas, las maquinarias y todos los recursos de la empresa se encuentren coordinados para contribuir al éxito de la compañía.
La labor de supervisión suele enmarcarse dentro de un esquema organizativo, donde cada estamento responde a un nivel superior. Así como los trabajadores de un área deben rendir cuentas al supervisor, éste tiene que presentar sus informes a un gerente general, por ejemplo.
El supervisor no sólo debe ser alguien experimentado en el área que supervisa, sino que debe tener la autoridad suficiente para dirigir al resto de las personas. Por eso, entre las principales características de un supervisor se encuentran el conocimiento del trabajo (respecto a los materiales, la tecnología, los procedimientos, etc.) y de sus responsabilidades (incluyendo las políticas y reglamentos de la empresa), y la habilidad para instruir (adiestramiento del personal) y dirigir (liderar al personal).
Quien desarrolla la supervisión ostenta una superioridad jerárquica.
El trabajo del supervisor en la industria del software
Dentro de una compañía desarrolladora de software, por ejemplo, un modelo comúnmente adoptado para la organización del personal consiste en agruparlo en «islas», o bien en dividirlos en grupos de pocas personas que se sientan juntos, con sus escritorios unidos. Uno de los integrantes de cada isla es necesariamente el supervisor, y su trabajo excede el mero control de sus programadores.
En principio, es importante señalar que es sobre sus espaldas que recae el peso de las fechas de entrega, generalmente denominadas deadlines, utilizando un término de origen inglés. Cuando nace un proyecto, los supervisores de cada grupo se reúnen para analizar el trabajo a realizar y decidir cuál es la forma más eficiente de encararlo, los dividen en tantas partes como sea posible y luego las asignan a cada equipo, basados en su conocimiento de las capacidades y la experiencia de los diferentes programadores. Cabe mencionar que es probable que las islas se vayan modificando con el tiempo, intentando acercar a las personas con habilidades complementarias y esparciendo a su vez a aquéllas que puedan mejorar el rendimiento de sus compañeros.
La supervisión de un equipo
Una vez dividido el trabajo, cada supervisor tiene la difícil tarea de decidir qué porción asignar a cada persona, nuevamente haciendo uso de su conocimiento de las características de su equipo. Pero dicha decisión no es tan sencilla como parece; no basta con dar a cada uno lo que mejor sabe hacer, dado que el objetivo principal no es completar la parte del proyecto que les corresponda, sino alcanzar satisfactoriamente la fecha de entrega. Y aquí comienza el período crítico de la labor de un supervisor.
A diferencia de un proyecto personal, que nos permite tomarnos todo el tiempo necesario para finalizarlo al 100%, las compañías luchan por mantenerse vigentes en el mercado, y para ello deben hacer sacrificios de varios tipos. En lo que concierne al software, uno de ellos consiste en completarlos lo antes posible, aun cuando esto requiera dejar huecos en su estructura. Generalmente se denomina «parche» a una porción de código que ofrezca una solución pasajera o cerrada a un problema, de la misma forma que un trozo de papel puede frenar momentáneamente el balanceo de una mesa desnivelada; y son los supervisores quienes deciden si y cuándo emparchar un programa para poder entregarlo en fecha.