Definición de preoperatorio
Lo primero que hay que dejar patente sobre el término preoperatorio que vamos a analizar es que se trata de un neologismo conformado a partir de la suma de varios componentes del latín:
• El prefijo “pre-“, que significa “antes”.
• El verbo “operari”, que puede traducirse como “hacer un trabajo”.
• El sufijo “-torium”, que se emplea para indicar que se contribuye a lograr un efecto determinado.
El concepto de preoperatorio se utiliza en el ámbito de la medicina y permite nombrar a aquello que tiene lugar en las etapas previas a una operación quirúrgica. Lo habitual es que, antes de una intervención, el paciente deba cumplir con ciertos requisitos y respetar las indicaciones del médico para que la operación tenga mayor probabilidad de éxito.
El análisis preoperatorio suele comenzar con una evaluación del paciente, repasando su historia clínica. En ocasiones, la persona ya se encuentra internada en el centro de salud antes de la operación (por ejemplo, a causa de haber sufrido un accidente), por lo que es probable que ciertos exámenes se hayan realizado con anterioridad. En otros casos, el individuo recién se acerca al hospital para ser intervenido, lo que hace que los estudios preoperatorios se lleven a cabo en ese momento.
La intención es evaluar cómo el paciente reaccionará a la anestesia y a las presiones a las que será sometido su organismo por la intervención quirúrgica. En algunos casos, en el preoperatorio se le suministran antibióticos para evitar posibles infecciones.
Aunque cada preoperatorio varía según la operación en cuestión y la gravedad del paciente, los exámenes suelen incluir análisis de sangre y de orina, control de presión, electrocardiograma y toma de placas radiográficas.
De la misma manera, no hay que olvidar que también existe lo que se conoce como ayuno preoperatorio. Como su propio nombre indica, se trata de que antes de una operación, el tiempo determinado por los doctores, la persona que se va a someter a la misma no tome ningún tipo de alimento. Y es que es la manera de que no se puedan producir complicaciones muy perjudiciales para la salud por culpa de la anestesia.
En concreto, lo habitual es que se sigan las correspondientes normas con respecto a ese citado ayuno preoperatorio:
• El paciente no debe tomar ningún tipo de carne, fritos o grasas durante lo que serían las ocho horas antes de que se le aplique la llamada inducción anestésica.
• De la misma manera, hay que tener presente que sólo podrá tomar líquidos, fundamentalmente agua, hasta dos horas antes de aquella.
• También se establece que seis horas antes de la anestesia podrá tomar como mucho tostadas.
El aspecto psicológico también es importante en el preoperatorio. El médico debe contener a la persona que está a punto de someterse a la operación, brindándole toda la información necesaria para satisfacer sus dudas y reducir el temor o la inquietud que resultan inevitables ante la intervención.
Ese estrés preoperatorio suele aparecer en muchos pacientes. Por eso, se requiere contar con la citada ayuda psicológica pues, además de lo expuesto, contribuirá a que exista una menor tensión muscular, a que mejore el estado del sistema inmunológico o a que se logre una recuperación más rápida.
Es probable que durante el preoperatorio muchos integrantes del equipo de cirugía le hagan las mismas preguntas al paciente, para asegurarse de contar con toda la información que garantice una operación exitosa. Esto puede resultar un tanto molesto para algunos, pero es importante mantener la calma y comprender el objetivo de tal interrogatorio; por otro lado, para ciertos pacientes hay algo de relajante en esa especie de sinfonía que se desenvuelve a su alrededor hasta que la anestesia completa su trabajo y pierden completamente la consciencia para, en el mejor de los casos, despertar renovados.
Antes de una operación, un paciente debe reunirse con su médico cirujano o con el de atención primaria para llevar a cabo el chequeo preoperatorio y, en algunos casos, esto puede darse dentro del mes previo a la intervención. Los profesionales deben comprobar la salud de la persona en los últimos años para saber cómo tratar una potencial complicación que tenga lugar mientras ésta no goce de consciencia. Uno de los puntos más importantes en este aspecto es el historial de alergias.
Además de la reunión con un médico durante el preoperatorio, algunos hospitales solicitan a los futuros pacientes de cirugía que se reúnan con el personal de enfermería la semana previa a la intervención, para responder a otra serie de preguntas acerca de su salud. Así como en la primera visita se efectúan ciertos exámenes físicos, en este caso es probable que se requieran pruebas complementarias.
El anestesiólogo es otro de los profesionales esenciales durante una operación y el preoperatorio puede incluir una reunión con él. Por último, dependiendo de ciertas condiciones, es probable que el cirujano solicite la opinión de los siguientes especialistas:
* un cardiólogo, para los pacientes mayores de 55 años, fumadores, con un historial de problemas cardíacos, con diabetes o hipertensión, o incluso para quienes no tienen un buen estado físico;
* un diabetólogo, en caso de diabetes o de haber obtenido un nivel alto de azúcar en el examen de la consulta preoperatoria;
* un hematólogo, para pacientes que hayan tenido coágulos de sangre.