Definición de postizo
La etimología de postizo nos remite al vocablo latino positicius. Una palabra esta que se formó uniendo dos elementos: la palabra “positus”, que puede traducirse como “puesto”, y el sufijo “-icius”, que es equivalente a “semejanza”.
Se califica como postizo a aquello que no es propio ni natural, sino una imitación o un agregado.
Entre las palabras que pueden funcionar como sinónimo de postizo podemos destacar algunas tales como falso, imitado, añadido, engañoso, ficticio, forzado o incluso artificioso. Eso sin olvidar que también se pueden usar como sinónimos, centrándose en postizo como una ‘imitación’ estética, desde peluca hasta bisoñé pasando por peluquín y prótesis.
Por el contrario, entre sus antónimos nos topamos con verdadero y natural.
Existen diversos elementos postizos que un ser humano puede incorporar a su cuerpo para reemplazar algo que perdió. Este añadido puede vincularse a la solución de un problema funcional o a una cuestión estética.
Los dientes postizos, en este marco, suplantan a las piezas naturales que se perdieron por algún motivo. Estas prótesis ayudan a que el sujeto pueda seguir hablando y masticando con normalidad.
Es posible encontrar distintas clases de dientes postizos. En algunos casos, se trata de objetos que se fijan en la boca de manera permanente; en otros, forman parte de prótesis removibles.
La cabellera postiza, por otra parte, recibe el nombre de peluca. Este pelo postizo suele usarse para ocultar la calvicie, aunque también se emplea con fines simbólicos e incluso a modo de disfraz en fiestas.
Además de todo lo indicado no podemos pasar por alto que también existen tanto uñas postizas como pestañas postizas. Estas son usadas fundamentalmente por las mujeres para destacar tanto sus manos como sus ojos, respectivamente.
En la actualidad tanto unas como otras son tendencia en el mundo de la estética. Y a eso han contribuido figuras de renombre internacional como sería el caso, por ejemplo, de la cantante española Rosalía.
Un nombre postizo, en tanto, es un apodo: una denominación que se le otorga a un individuo a partir de una característica física u otro rasgo. Otra posibilidad es que el nombre postizo sea un pseudónimo empleado para ocultar la verdadera identidad.
En este sentido, podemos destacar que, a lo largo de la historia, han sido muchos los escritores que, por ejemplo, han recurrido al uso de seudónimos para firmar sus obras. En unos casos para mantener en secreto su identidad y en otros para poder publicar sus trabajos.
Entre dichos autores se encuentran, por ejemplo, Charlotte Brontë que firmó sus novelas como Currer Bell, Cecilia Böhl de Faber que se hizo llamar en la literatura como Fernán Caballero o Louisa May Alcott que firmó sus primeras obras como A.M. Barnard.
Los familiares postizos, por último, son personas que cumplen un rol típicamente asociado al que asume un integrante de la familia, pese a que no tienen un lazo sanguíneo ni político. Supongamos que Juan es el mejor amigo de Ricardo, quien es el padre de un niño llamado Esteban. Por el vínculo forjado, Ricardo considera que Juan es el tío postizo de su hijo.