Definición de posverdad
Se denomina posverdad a una distorsión de la realidad que se realiza de forma deliberada para incidir en la opinión y en el comportamiento de las personas. La posverdad se basa en la manipulación de las emociones.
Es interesante conocer, además, el origen etimológico de este término que ahora nos ocupa. Así, podemos establecer que emana del latín. Más en concreto podemos determinar que es el resultado de la suma de dos elementos de esa lengua: el prefijo “post-”, que puede traducirse como “después”, y el sustantivo “veritas”, que es sinónimo de “verdad”.
El término suele utilizarse con referencia a contenidos difundidos por los medios de comunicación o por dirigentes políticos que se presentan como noticias o datos objetivos, pero en realidad son aseveraciones que apelan a las creencias de los individuos. Así, lo expresado es percibido como verdadero aunque no lo sea.
Otros datos de interés sobre la posverdad es que se aprovecha de la confusión y también de la pereza del ser humano para pensar y reflexionar. Eso sin pasar por alto que tiene como objetivo “enfangar” la sociedad.
El concepto es una traducción de post-truth, una expresión de la lengua inglesa. Se considera que el dramaturgo Steve Tesich es quien acuñó la noción en un artículo que publicó en 1992.
El vocablo se popularizó en el siglo XXI e incluso fue elegido como la “palabra del año” por el diccionario Oxford en 2016. La masificación del fenómeno suele asociarse a las redes sociales, donde la verdad queda en un segundo plano y se privilegian las emociones.
La posverdad se evidencia cuando se relativizan hechos objetivos y demostrados. Sin importar que existan cientos de pruebas y años de investigación, un acontecimiento puede ser cuestionado desde Facebook o Twitter y esa visión termina influyendo en la opinión pública.
Supongamos que, en un determinado país, un extranjero comete un crimen. Frente a esta situación, un político nacionalista asegura que los inmigrantes son los responsables de la inseguridad en la nación. Pese a que las estadísticas oficiales demuestran que los extranjeros son autores de un porcentaje ínfimo de los delitos, la afirmación es tomada como válida y repetida por miles de sujetos, contribuyendo al fenómeno de la posverdad.
Hay que saber que, en los últimos años, la posverdad se ha hecho muy presente fundamentalmente en muchos países en los que políticos intentan llegar al poder o mantenerse en él a base de distorsiones de la realidad y datos manipulados y subjetivos. Este sería el caso, por ejemplo, de Donald Trump en Estados Unidos, de Bolsonaro en Brasil e incluso de Santiago Abascal en España.
Es más, hay quienes señalan claramente que la posverdad fue la responsable de que Trump acabara convirtiéndose en presidente de los Estados Unidos.
La posverdad es un ‘arma’ muy peligrosa. Y de eso han dado cuenta hasta el momento una larga lista de personalidades. Entre esas se incluye, por ejemplo, el humanista y filósofo inglés A.C. Grayling. Este ha llegado a manifestar que esa se puede convertir claramente en un ataque claro y contundente así como en un daño hacia “el tejido completo de la democracia”.