Definición de portulano
El latín portus (que, en castellano, significa “puerto”) derivó en el italiano portolano, y éste llegó a nuestra lengua como portulano. Un portulano es una publicación de la antigüedad que recopilaba los planos de distintos puertos.
Surgidos en el siglo XIII, los portulanos alcanzaron su máxima popularidad en los dos siglos siguientes. Estos mapas mostraban una retícula que se desarrollaba de acuerdo a las direcciones de la rosa de los vientos.
Numerosas son las cartas portulanas existentes. Sin embargo, los expertos coinciden en su mayoría en clasificarlas en tres grupos: las catalanas, teniendo a Palma de Mallorca como foco de mayor actividad; las italianas, desarrolladas fundamentalmente en Venecia y Roma; y las portuguesas, que estuvieron claramente influenciadas por las que se hicieron en tierras baleares.
Las cartas portulanas, como también se conocen a los portulanos, podían tener diferentes características. Los portulanos portugueses, por ejemplo, incluían los trópicos y el ecuador con sus líneas astronómicas.
Mucho se ha debatido sobre cuál es el origen de los portulanos. Así, hay quienes defienden que se trata de un invento italiano y otros establecen que es español. Todo sigue sin aclararse, lo único que sí se tiene como cierto es que los mallorquines supusieron un hito y es que dieron forma a portulanos de una gran precisión, exactitud y pulcritud. Tanto es así que incluso muchos italianos finalmente accedieron a realizarlos basándose en la estructura de esos españoles.
Uno de los maestros baleares en ese sentido fue el judío Jafuda Cresques que, al convertirse al cristianismo, adoptó el nombre de Jaime de Mallorca. Pero también lo fue su padre, Cresques Abraham, que realizó un mapamundi muy completo: calendarios, tablas astronómicas, textos y tablas geográficas…No obstante, su principal particularidad es que incluye la representación de Asia.
Es importante destacar que el portulano es considerado como la primera carta de navegación. Al apelar a la rosa de los vientos, los portulanos permitían indicar el rumbo que una embarcación debía seguir, ya que dibujaban una línea con el recorrido entre el punto de partida y el destino y luego la trasladaban de forma paralela.
Al no contar con coordenadas geográficas, los portulanos no eran exactos, pero resultaban de gran utilidad para los navegantes. La imaginación, de todas maneras, se hacía presente entre los creadores de los portulanos con frecuencia, ya que estos mapas solían incluir el dibujo de criaturas marinas mitológicas, entre otras particularidades.
Uno de los portulanos más antiguos entre los que aún se conservan es la Carta Pisana, que habría sido creada a finales del siglo XIII. Este mapa presenta un fragmento del océano Atlántico, el mar Negro y el mar Mediterráneo, e incluye un par de círculos de rumbos divididos de acuerdo a la rosa de los vientos.
En España destaca la carta portulana de Gabriel de Vallseca, que está considerada como la única náutica de origen medieval e hispánica que se conserva en el país. Fue realizada en el siglo XV por quien le da nombre y destaca por su belleza, plasmada tanto en la exquisita miniatura como en el contenido textual que presenta.