Definición de polaridad

La polaridad es la propiedad física que disponen aquellos agentes que se acumulan en los polos de algún cuerpo y que se polarizan. De acuerdo al ámbito, es posible distinguir entre diferentes tipos de polaridad.

La polaridad eléctrica es la propiedad de los terminales (polos) de una batería o de una pila, que pueden ser positivos o negativos. La corriente eléctrica circula desde el cátodo (polo negativo) hacia el ánodo (polo positivo), generando un flujo que permite el funcionamiento de diversos dispositivos a través de la energía eléctrica.

La polaridad química, por su parte, se advierte cuando las cargas eléctricas de una molécula se separan. Cuando la molécula se forma a partir de un enlace covalente, los electrones se movilizan hacia la zona de electronegatividad más importante. A partir de entonces se desarrolla el dipolo eléctrico por las diferencias en la densidad de carga de los núcleos que componen el enlace en cuestión.

En el ámbito de la lingüística, se conoce como polaridad a la existencia o la falta de las partículas gramaticales que permiten concretar una negación. Cabe destacar que la noción de partícula gramatical refiere a las partes de la oración que no varían.

Dentro del lenguaje coloquial, por otro lado, la polaridad hace referencia a la situación o el estado en el que se evidencian tendencias opuestas, que resultan contradictorias entre sí. Por ejemplo: “Si los dirigentes siguen fomentando la polaridad, la escalada de violencia no se detendrá”, “En materia futbolística, la polaridad que existe en el pueblo es evidente”, “Debemos tratar de evitar la polaridad y buscar nexos entre las partes”.

Terapia de polaridad

Se conoce como terapia de polaridad a un sistema de sanación basado en el holismo, razón por la cual analiza cada aspecto del paciente en conjunto, considerándolo un todo e intentando poner a la persona en armonía con el medioambiente. Su creador fue el médico suizo Randolph Stone, quien combinó sus conocimientos de campos tales como la quiropraxia, la osteopatía y la medicina aiurvédica con la herbología, el masaje oriental y la acupuntura, entre otras técnicas curativas antiguas.

Algunos de los países en los que se practica la terapia de polaridad son España, Inglaterra, Alemania, Canadá, Argentina, Estados Unidos y México. Veamos algunos de sus fundamentos:

* la capacidad que tiene el cuerpo de mantener sus circuitos eléctricos fluidos es básica para la salud;
* cualquier elemento que obstruya dicha fluidez produce síntomas que derivan en enfermedades;
* nuestro cuerpo es mucho más que órganos, nervios, huesos y piel, ya que somos energía.

La energía de nuestro cuerpo, el cual es un campo eléctrico, se divide en tres polos: positivo, negativo y neutro. Cuando se produce un «cortocircuito», todo nuestro organismo se ve afectado. Es necesario conocer y entender las diferentes corrientes que nos constituyen, así como sus cargas, para poder mantener un equilibrio a nivel físico, mental y espiritual.

Dicho equilibrio se puede conseguir a través de la terapia de polaridad, que incluye herramientas para alcanzar un mejor conocimiento del propio organismo, yoga y una dieta especial, además de la armonización de los Cinco Elementos y los Chakras, sin los cuales no puede darse la vida.

Lo que diferencia la terapia de polaridad de otros tratamientos es su enfoque en los bloqueos de la energía y la búsqueda despertar en cada paciente su propia fuerza curativa, una capacidad que su fundador asegura todos tenemos para sanar sin la necesidad de que intervengan terceros. Entre sus beneficios se encuentra la activación del sistema inmunológico, la relajación, la mejora del sueño; además, promueve el equilibrio emocional y anímico, aumenta la productividad y la capacidad de concentración y se complementa adecuadamente con otros tratamientos.

Definición siguiente →