Definición de poder adquisitivo
El concepto de poder tiene varios usos. Puede emplearse para mencionar la capacidad o la potestad para concretar una acción o cumplir un objetivo. Adquisitivo, por su parte, es un adjetivo que hace referencia a aquello que permite adquirir (comprar, obtener) algo.
El poder adquisitivo, por lo tanto, es la disponibilidad de recursos que tiene una persona para satisfacer sus necesidades materiales. En otras palabras, el poder adquisitivo se asocia a los ingresos del sujeto para concretar la compra de bienes o la contratación de servicios.
Por ejemplo: “Desde que Juan perdió el trabajo, nuestro poder adquisitivo se ha reducido mucho”, “El poder adquisitivo de la gente cae cada día a día por culpa de la inflación”, “Mirta es una mujer de mucho poder adquisitivo, que puede darse todos los gustos”.
Es importante tener en cuenta que el poder adquisitivo no está asociado sólo a los ingresos (que pueden formarse con el salario, las ganancias de una actividad comercial, la rentabilidad de una inversión, etc.). El precio de los productos y de los servicios es un punto determinante para estimar el nivel de poder adquisitivo.
Supongamos que, en un país X, una persona que gana 5.000 unidades de moneda por mes tiene un buen poder adquisitivo, ya que le permite hacer frente a todos sus gastos y ahorrar algo de dinero. Si, en el mismo país, se registra una inflación del 20% mensual, al cabo de unos meses ese mismo poder adquisitivo quedará reducido y la situación económica del individuo dejará de ser tan buena.
El poder adquisitivo también varía de acuerdo a la región. El individuo que tiene un buen poder adquisitivo en un país X puede perderlo si se traslada a una nación Y, donde el costo de vida es mayor.
En el plano psicológico, el poder adquisitivo puede ser determinante de la salud y la felicidad de una persona, si tiene un perfil que dé al dinero una gran importancia en su lista de prioridades. Por ejemplo, alguien que por determinadas razones no sintió estabilidad durante su infancia en cuanto a los ingresos económicos puede convertirse en un adulto que persiga puestos de trabajo que le proporcionen altos ingresos, para evitar volver a la situación que le causaba inseguridad en el pasado.
Del mismo modo, un buen poder adquisitivo puede ser usado como arma de ostentación por aquellas personas que necesitan llamar la atención de su entorno, ya que no saben llegar a los demás de una manera agradable y tranquila. La falta de seguridad en uno mismo puede llevar a un individuo a creer que nada de lo que hace es importante o atractivo; ante una realidad tal, el dinero suele ser la herramienta ideal para «comprar amistades», aunque también para sembrar envidia.
Los medios de comunicación son en gran parte los responsables de que mucha gente sienta que no tiene un poder adquisitivo satisfactorio aún cuando esto no sea cierto. Ante el constante bombardeo de productos y servicios que Internet, la televisión, la radio y la prensa escrita intentan hacernos creer que necesitamos, se vuelve cada vez más difícil centrarse y analizar objetivamente si estamos conformes con nuestra vida y con nuestros ingresos económicos.
Esto nos lleva la siguiente reflexión: no todos necesitamos el mismo poder adquisitivo; en otras palabras, no siempre es posible catalogar un poder adquisitivo de bueno o malo, sino que su efectividad depende de diversos factores, entre los que destacan las inquietudes y ambiciones de cada persona. Es justo decir que si alguien cuenta con el dinero suficiente para llevar la vida que desea, entonces su poder adquisitivo es bueno.