Definición de plutonio
El plutonio es una sustancia radiactiva que se caracteriza por su elevado nivel de toxicidad. El término procede del vocablo inglés plutonium y su nombre está vinculado a la ordenación de los elementos químicos en la tabla periódica: el plutonio sigue al uranio y al neptunio, al igual que Plutón a los planetas Urano y Neptuno.
De número atómico 94, se trata de un elemento químico metálico que pertenece al conjunto de los actínidos. Su símbolo es Pu y presenta isótopos de gran estabilidad, que se utilizan a modo de combustible y como explosivos.
En la década de 1930, el químico italiano Enrico Fermi creyó descubrir un nuevo elemento al que bautizó como hesperio. Sin embargo, se trataba en realidad de una combinación de kriptón, bario y otros componentes. A partir de los hallazgos de Fermi se avanzó en la investigación y finalmente la producción y el aislamiento de plutonio se logró por primera vez en 1940 gracias a un equipo científico de la Universidad de California en Berkeley (Estados Unidos).
Los isótopos más estables del plutonio son el plutonio-239 (que tarda 24.110 años en semidesintegrarse) y el plutonio-242 (cuyo tiempo de desintegración llega a los 373.300 años). Aunque está considerado como el combustible nuclear de mayor peligrosidad, el plutonio se emplea de distintos modos.
La fabricación de bombas atómicas, el desarrollo de centrales termoeléctricas y la producción de marcapasos son algunos de los usos que se le dan al plutonio. Es importante tener en cuenta, de todos modos, que el plutonio es muy nocivo para la totalidad de los seres vivos, por lo cual su manipulación debe ser extremadamente cuidadosa.
Es muy común que los medios de comunicación se refieran al plutonio como la sustancia más tóxica que jamás hayamos descubierto los seres humanos; si bien los expertos señalan que esto no es preciso, tampoco niegan sus efectos negativos sobre nuestra salud. El elemento químico llamado radio, por ejemplo, puede resultar alrededor de doscientas veces más tóxico que el plutonio; su número atómico es 88, es radiactivo y poco común, ya que su media de aparición natural es tres millones menor que la del uranio.
La toxina botulínica, por otra parte, es una de las toxinas orgánicas que superan la toxicidad del plutonio en proporciones colosales. Volviendo al plutonio, su radiación alfa no puede penetrar la piel, aunque si se ingiere o se inhala puede afectar los órganos internos. Basta con el ingreso de unas partículas microscópicas de este elemento para ponernos en riesgo de sufrir cáncer de pulmón.
Si la cantidad de plutonio que se adentra en nuestro organismo es considerable, pueden tener lugar un caso de envenenamiento agudo o incluso la muerte. Curiosamente, los datos estadísticos no colaboran con la concienciación de los peligros de este elemento, ya que no existen casos que lo señalen como la causa de la muerte, o bien no se han vuelto suficientemente mediáticos como para llamar la atención.
Dado que el plutonio se ha usado durante mucho tiempo en la creación de explosivos y armas nucleares, no es raro que se libere a la atmósfera en el contexto de ciertas pruebas o a causa de accidentes en las fábricas. Como sucede con otras formas de contaminación, el plutonio no se va de la Tierra para siempre, sino que vuelve al suelo luego de su liberación, y de este modo se expande su acción negativa.
Cabe señalar que la mayor parte del plutonio que existe en la actualidad proviene de la producción en reactores nucleares, ya que naturalmente se presenta en cantidades mucho menores. Luego de un escape por accidente en una prueba, asciende a la atmósfera y puede regresar por medio de una lluvia radiactiva, penetrando el suelo y llegando a las aguas subterráneas.