Definición de pluralismo
El pluralismo es un concepto que tiene aplicaciones en diversos ámbitos y que está vinculado a la pluralidad y convivencia de cosas muy distintas entre sí. Un sistema plural es aquél que acepta, reconoce y tolera la existencia de diferentes posiciones o pensamientos.
En la esfera de la política, el pluralismo implica la participación de varios grupos sociales en la vida democrática. Esto quiere decir que el pluralismo valora y hasta promueve que sectores con diferentes ideologías formen parte de los procesos electorales o de la toma de decisiones de un gobierno, por ejemplo.
La heterogeneidad social, cultural, ideológica, religiosa y étnica es protegida por el pluralismo. Un gobierno pluralista, en este sentido, no ejerce la representación monopólica de un solo sector social, sino que construye su poder a partir del diálogo y el debate. Se trata, por lo tanto, de ampliar la base del poder.
El pluralismo se asocia a la convivencia de elementos, cosas o individuos muy diferentes entre sí.
El concepto en la filosofía y la teología
En la filosofía, el pluralismo es una posición metafísica que considera que la totalidad del mundo está compuesta por realidades independientes e interrelacionadas. Esta posición se diferencia del monismo, que defiende que la realidad es una sola.
El pluralismo teológico es la noción que cree que todas las religiones son caminos útiles para llegar a Dios. El cristianismo, el judaísmo y el resto de las religiones predominantes del mundo occidental consideran que Dios es uno, aún cuando reciba diversos nombres y se lo venere de distintas formas. Cada religión, de todas maneras, suele denominarse a sí misma como la forma válida de acercarse a Dios.
El pluralismo puede relacionarse con la diversidad.
Pluralismo ético
Si se aplicaran los principios del pluralismo a la ética, entonces sería correcto admitir que en esa rama de la filosofía que trata acerca de la moral no se existe tan solo una visión válida sobre una misma cuestión; en otras palabras, se podría considerar que la ética es una materia subjetiva y que admite múltiples ideas y basamentos. De este modo, sería posible aceptar diversos puntos de vista para analizar una misma conducta, entendiendo que todos ellos responderían a la ética.
El ejemplo más utilizado para entender la pluralidad ética tiene como protagonistas a los abogados que deben defender causas o juicios contra personas acusadas de haber cometido violaciones, secuestros, asesinatos o narcotráfico. En estos casos, algunos profesionales prefieren mantenerse a un lado, dado que no desean formar parte de la liberación de un peligroso criminal, y solo aceptan trabajar en dichas defensas cuando tienen un conocimiento cercano de los defendidos, cuando pueden asegurar que se trata de individuos inocentes.
Por otro lado, existen quienes respetan una posición ética que sostiene que toda persona tiene derecho a ser defendida, incluso el más temido de los criminales, y que son justamente los abogados quienes tienen la obligación de asumir dicha defensa.
Diversidad de pensamientos y opiniones
De acuerdo a la sensibilidad de cada persona, ciertas causas pueden parecer justas o injustas, tal como ocurre con la defensa propia. ¿Debe pagar del mismo modo que un asesino quien ante un ataque reacciona apuñalando a su agresor? Al observar la realidad social de algunos países, salta a la vista que la ética no es precisamente una ciencia exacta; una rápida mirada de nuestro planeta nos muestra que mientras hay quienes consideran que la homosexualidad es un crimen, otros dejan impunes a quienes torturan, humillan y asesinan cruelmente a un toro frente a una multitud sedienta de sangre.
Muchos abogados aseguran haberse especializado en áreas tales como el Derecho para no enfrentarse con la difícil decisión de asumir o no la defensa de un violador, por ejemplo, por miedo a no poder ubicar el derecho legal y constitucional de todo ciudadano por encima de sus propias convicciones.