Definición de plazo fijo
Un depósito a plazo fijo, comúnmente llamado plazo fijo, es aquel que no permite retirar el dinero hasta el cumplimiento de un determinado tiempo. De este modo, los recursos quedan inmovilizados en el banco durante el lapso estipulado sin que su propietario pueda hacer uso de ellos, aunque generando intereses a partir de los mismos.
El término que nos ocupa se encuentra conformado por dos palabras, de las que interesa conocer su origen etimológico. Plazo, en primer lugar, procede del latín “placitum”, que es sinónimo de “ajustado” o “convenido”. Fijo, en segundo lugar, también emana del latín, en su caso de “fixus”, que puede traducirse como “clavado” o “fijo”.
Debido a estos intereses, el plazo fijo es una inversión. Se trata de una operación financiera que una persona lleva a cabo para obtener, cumplido el plazo previsto, más dinero del que depositó.
Los especialistas en finanzas suelen calificar a los plazos fijos como inversiones de bajo riesgo y por eso recomiendan este instrumento a inversores de perfil conservador. Quien realiza un plazo fijo ya sabe con precisión, al momento de confirmar la operación, cuánto ganará y en qué fecha.
Además de los beneficios expuestos, si muchas personas deciden invertir en lo que son depósitos a plazo fijo también es por otras ventajas que ofrecen, como son estas:
-Brindan una interesante rentabilidad. En concreto, se determina que a mayor tiempo de rendimiento, mayor rentabilidad.
-De la misma manera, se viene a establecer que es realmente sencillo y rápido el proceso de contratación de los citados.
-Dentro del conjunto de elementos de inversión que existen en el mercado son unos de los más seguros que existen.
No obstante, también los depósitos a plazo fijo cuentan con una serie de desventajas, que son las que hacen que haya quienes rechacen el invertir en esos. Así, por ejemplo, podemos destacar que entre sus aspectos en contra más significativos se encuentran los siguientes:
-El principal inconveniente es que una vez que se contrata un depósito a plazo fijo, el dinero que se haya invertido en él no se puede volver a utilizar en el tiempo que se ha establecido.
-De la misma manera, hay que saber que si, por determinadas circunstancias, se necesita proceder a hacer utilización de ese dinero y se requiere sacarlo, habrá que hacerle frente al pago de un comisión. Y esta precisamente no será muy económica.
Supongamos que un banco ofrece una tasa de interés del 20% para depósitos a plazo fijo de 30 días. Esto quiere decir que si un cliente concreta un plazo de fijo de 1.000 pesos a 30 días, cuando se cumpla ese plazo recibirá 1.200 pesos: los 1.000 pesos del capital inicial más los 200 pesos que corresponden a los intereses.
Hasta hace algunos años, los plazos fijos debían realizarse en las sucursales bancarias. La persona entregaba el dinero y recibía un documento impreso a modo de certificado, que también servía como título valor para ser negociado.
Actualmente, en cambio, los plazos fijos suelen hacerse a través de la banca electrónica. Ingresando a su home banking, el sujeto puede elegir el monto y el plazo de su inversión: el dinero es debitado de su cuenta bancaria y luego ese capital y los intereses generados son acreditados en la misma cuenta.