Definición de plazo
La noción de plazo, que proviene del vocablo latino placĭtum, hace referencia al lapso que se estipula para algo. Se trata de un tiempo que se prevé o se establece para un cierto fin.
Por ejemplo: “El gobierno estima que las obras estarán concluidas en un plazo de unos seis meses”, “Tengo plazo hasta el próximo viernes para pagar la cuota del préstamo”, “El dueño de la empresa me hizo una propuesta para que la analice y me dijo que no tengo plazo para responder”.
Supongamos que una familia contrata a un arquitecto para la construcción de una vivienda. El profesional, al analizar el proyecto, se compromete a finalizar el trabajo en un plazo de un año. Esto quiere decir que, de acuerdo a lo previsto, el grupo familiar debería contar con la casa terminada en doce meses.
Tomemos el caso del pago de un servicio de televisión por cable. Una determinada empresa establece entre sus condiciones que los clientes deben abonar sus facturas en los primeros diez días de cada mes. De esta forma, los abonados están obligados a desembolsar el dinero correspondiente dentro de ese plazo o, de lo contrario, quedan en falta con la compañía y tienen que pagar un recargo.
En el terreno del deporte profesional, es habitual que las entidades que organizan las competencias establezcan plazos para la concreción de ciertas acciones. Una liga de fútbol, por mencionar un caso, puede decretar que el plazo para la contratación de jugadores culmina el 15 de marzo.
Por otro lado, un depósito a plazo fijo, conocido coloquialmente como plazo fijo, es aquel que no permite retirar los fondos hasta una determinada fecha. Se trata de una inversión ya que las entidades bancarias pagan intereses por la inmovilización de esos recursos.
El concepto de plazo de entrega se usa de manera indispensable en las industrias, donde los productos y servicios se crean a través de un complejo proceso multidisciplinar, a cargo de muchas personas, y generalmente se deben finalizar antes de una fecha previamente establecida (la fecha de entrega). Precisamente, este plazo es el período de tiempo que transcurre desde que un equipo recibe o acepta un proyecto hasta que les hace llegar el resultado a sus superiores.
Independientemente del ámbito en el que nos encontremos, cumplir con el plazo de entrega de un proyecto no siempre es fácil. Si hablamos de una industria basada en la creatividad, donde entran en juego el arte y la innovación, llegar a tiempo con la realización de un producto no siempre es posible porque los desarrolladores dependen de la inspiración, el santo grial de los artistas. En una empresa que prioriza la calidad por encima de los negocios, este plazo se puede extender para que los trabajadores consigan sus objetivos y no se vean forzados a presentar una versión de su idea inferior a la que concebían en su mente; sin embargo, en la mayoría de los casos pesan más las fechas que el acabado.
Para hacer frente a los obstáculos propios del plazo de entrega, como ser la falta de inspiración, puede resultar fundamental la experiencia, los años dedicados a una misma profesión, ya que el cerebro adquiere una serie de herramientas y recursos que puede usar en los momentos más difíciles para resolver una situación que años atrás hubiera parecido imposible. Los compositores musicales, por ejemplo, no siempre escriben cuando tienen ideas; si los contrata una discográfica para completar la creación de un álbum antes de una fecha determinada, deben cumplir con su obligación como sea. Lo mismo ocurre con los desarrolladores de videojuegos, con los cineastas y con los escritores.