Definición de perinatal

El adjetivo perinatal se utiliza para calificar a aquello que antecede al parto o que aparece o se desarrolla inmediatamente después de él. El término, por lo tanto, se emplea en alusión a algo que sucede durante el embarazo o que afecta al bebé en sus primeros días de vida independiente.

La mortalidad perinatal, en este marco, se vincula al fallecimiento del feto o del recién nacido. La muerte perinatal puede producirse entre las 28 semanas de embarazo y la primera semana de vida del niño.

Se habla de asfixia perinatal para nombrar a la falta de aire que sufre el individuo en desarrollo en el vientre materno, durante el trabajo de parto o en los instantes posteriores al nacimiento.

Si no se trata a tiempo, la asfixia perinatal puede convertirse en una patología de una gravedad considerable, dado que sus consecuencias pueden llegar a condicionar la vida del niño en el futuro. Entre las secuelas más preocupantes se encuentran las siguientes: parálisis cerebral; dificultades para leer; ceguera y sordera; déficit de atención. Cabe mencionar que con un seguimiento temprano del feto en riesgo de asfixia es posible prevenirla.

Con respecto a los síntomas de la asfixia perinatal, estos dependen en gran parte del grado de falta de oxígeno que haya sufrido el feto, el cual se puede clasificar en leve, moderado y severo. En el caso de una asfixia leve, es probable que haya problemas que afecten los reflejos del bebé y que su comportamiento sea anómalo, aunque por lo general se trata de cuestiones que desaparecen a lo largo del primer día después del parto.

La asfixia perinatal moderada puede acarrear una serie de síntomas que en la mayoría de los casos se resuelven a lo largo de las primeras dos semanas de vida; entre ellos se encuentran las convulsiones, la disminución de los reflejos y la apnea. Por último está la asfixia perinatal severa, cuyos síntomas son los más graves de todos: perturbación del movimiento de los ojos, irregularidades respiratorias y estado de coma son algunos de los más comunes.

Algunas de las pruebas médicas que se pueden llevar a cabo a modo de diagnóstico para la asfixia perinatal son las siguientes: ultrasonido o ecografía, valorar el líquido amniótico, monitorizar la frecuencia cardíaca del feto, electrocardiograma y doppler.

Las posibles causas de la asfixia perinatal son varias, aunque en la mayoría de los casos se da por una insuficiencia placentaria que impida el correcto aporte de oxígeno al feto o la expulsión del dióxido de carbono. Por otro lado, también puede darse por el parto prematuro o la presencia de meconio en el líquido amniótico, o bien por ciertas patologías de la madre que impidan al feto recibir la cantidad de oxígeno y nutrientes que necesita para su correcto desarrollo; en este grupo tenemos ciertas enfermedades cardiovasculares y pulmonares, la hipertensión arterial y la diabetes pregestacional, entre otras.

La transmisión perinatal, por otro lado, implica la propagación de una enfermedad o de una infección de una madre a su hijo en el embarazo, parto o lactancia. Se trata de una transmisión vertical (del progenitor a su descendiente).

El VIH puede transmitirse por vía perinatal. Para evitar el contagio cuando la madre es seropositiva, se le pueden administrar medicamentos antirretrovirales a la mujer y al recién nacido.

La idea de psicología perinatal, por último, hace mención a la especialización de la psicología centrada en el acompañamiento a las familias en el proceso que abarca la búsqueda de un bebé, el embarazo y el nacimiento. Apunta a fomentar un vínculo saludable entre madre e hijo; entre padre e hijo; y entre los progenitores frente al nuevo contexto.

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