Definición de embarazo

Se denomina embarazo al estado de la mujer que está gestando vida en su vientre. En el caso de las hembras de los animales, se habla de preñez. Por ejemplo: “Estoy cursando el séptimo mes de embarazo y me siento fabulosa”, “Cuando mi esposa perdió el embarazo, me sentí muy triste”, “¡Hacía años que soñábamos con este embarazo!”.

Cuando una mujer está embarazada, en su interior lleva un embrión que se convierte en feto y se desarrolla durante nueve meses en el útero hasta la instancia del parto. En ese momento, la madre da a luz a una criatura. El tiempo de embarazo en ocasiones se minimiza, provocando un parto prematuro.

La forma natural de que se produzca el embarazo es a través de una relación sexual entre un hombre y una mujer. Al eyacular, el hombre deposita su esperma en la vagina de la mujer: si un espermatozoide logra fecundar un óvulo, se genera el cigoto que se implanta en el útero, generando el embarazo.

Existen, de todos modos, otros modos de producir el embarazo. Para esto hay que recurrir a técnicas de reproducción asistida, como la fertilización in vitro y la inseminación artificial.

En el proceso que comienza con la formación del cigoto en el útero y que se extiende hasta el alumbramiento, la mujer experimenta numerosos cambios metabólicos y fisiológicos que le permiten cuidar y nutrir al feto. Con el embarazo, se interrumpe la menstruación y las mamas se preparan para la lactancia, por mencionar dos de estos cambios.

De acuerdo a sus características, es posible referirse a un embarazo precoz (cuando la embarazada aún no ha alcanzado la adultez), un embarazo ectópico (si el óvulo se desarrolla afuera del útero), un embarazo no deseado (también denominado no planificado) o un embarazo múltiple (si se desarrollan simultáneamente dos o más fetos en el útero), entre otras clases.

Si bien la mayoría de los embarazos no atraviesan complicaciones, es importante conocer los problemas que pueden presentarse para actuar con rapidez si detectamos alguna anomalía. Ante un síntoma preocupante, los profesionales pueden indicar la realización de ciertas pruebas de laboratorio, ecografías o exámenes clínicos.

Sobra decir que los peores problemas son aquellos que afectan directamente al bebé. Dentro de este grupo se encuentran los abortos espontáneos, que interrumpen el embarazo de forma irreversible. Suelen ocurrir dentro de las primeras 20 semanas y afectan a un promedio del 15% de las mujeres. Se estima que la causa de que el embrión no pueda seguir desarrollándose reside en algunas anomalías de los cromosomas del óvulo que ha sido fertilizado.

Pero no todo está perdido en la batalla contra el aborto espontáneo, ya que es posible evitarlo si detectamos sus signos a tiempo. El sangrado vaginal es lo primero que ocurre y basta para ponernos en contacto con el médico de forma urgente. De ser necesario, éste nos indicará la realización de un ultrasonido para observar el interior del útero, además de un análisis de sangre.

El parto prematuro es otra de las complicaciones del embarazo, y se caracteriza por el movimiento de apertura o afinamiento del cuello uterino, con el posterior nacimiento del bebé, antes de la semana 37. Como dato estadístico, aproximadamente el 12% de los partos en Norte América son de este tipo.

No debemos subestimar las potenciales consecuencias negativas del parto prematuro: aunque es cierto que en muchos casos los avances de la medicina consiguen proteger al bebé hasta que pueda sobrevivir junto a su madre de forma natural, en algunos casos puede acarrear graves problemas de salud o incluso la muerte. Cuanto menos desarrollado esté el niño, menos probabilidades tiene de gozar de buena salud o de sobrevivir.

Definición siguiente →