Definición de perímetro abdominal
La idea de perímetro alude al contorno o los límites de algo. Abdominal, en tanto, refiere a aquello vinculado al abdomen (el vientre).
Estas definiciones nos permiten comprender fácilmente el concepto de perímetro abdominal. Así se denomina al contorno del abdomen: es decir, a la medida de la circunferencia de la panza.
El perímetro abdominal brinda información de utilidad sobre el nivel de grasa intraabdominal y permite alertar sobre potenciales problemas de salud. Para medirlo, se recurre a una cinta métrica: el sujeto debe pararse con los pies juntos y se tiene que rodear la panza con la cinta a la altura del ombligo. La medición debe realizarse luego de una inspiración profunda y de expulsar el aire, sin ejercer presión.
Mientras que en las mujeres se suele indicar que el perímetro abdominal puede medir hasta 88 centímetros, en los hombres el valor considerado aceptable llega hasta los 102 centímetros. Si se superan dichas cifras, la persona se enfrenta a un incremento del riesgo cardíaco.
Cuando un médico detecta un perímetro abdominal más grande del normal, puede sugerir una consulta con un nutricionista para establecer una dieta más saludable que permita reducir la grasa. También es habitual que recomiende la actividad física frecuente. El perímetro abdominal, de todos modos, puede crecer por diferentes trastornos, por lo cual el profesional está en condiciones de indicar diversos estudios o análisis que le permitan comprender la causa de la medición elevada.
Para la Fundación Española del Corazón (FEC), por ejemplo, la grasa que se acumula en el abdomen constituye un factor de riesgo cardiovascular más relevante que el sobrepeso. Frente a este panorama, la entidad sugiere apelar a la medición del perímetro abdominal y no limitarse a la estimación del índice de masa corporal (IMC).
Entre los diversos consejos que intenta divulgar la Fundación Española del Corazón para llevar una vida saludable y reducir al mínimo el nivel de grasa en el abdomen se encuentran los siguientes:
* consumir una cantidad adecuada de agua al día para evitar la retención de líquidos;
* eliminar de la dieta cualquier producto que contenga grasas saturadas, calorías en exceso o azúcares simples para proteger el corazón y mantener el peso corporal por debajo de los valores preocupantes;
* hacer ejercicio físico. Este punto debe entenderse en contexto, ya que no todos podemos practicar cualquier deporte ni entrenar el cuerpo con la misma intensidad, pero es importante mantenernos en movimiento para fortalecer nuestros músculos, incrementar el metabolismo basal, conseguir una postura correcta y gastar calorías;
* no pasar por alto las horas de sueño o descanso necesarias por día. Se sabe que el cansancio extremo reduce el rendimiento, provoca estrés y trastorna los hábitos alimentarios;
* de manera similar al punto anterior, es importante darse gustos, respetar las propias necesidades más allá de lo estrictamente orgánico y laboral;
* no restringir las calorías de forma exagerada, porque esto puede traer resultados opuestos a los deseados: el metabolismo se ralentiza, por lo cual el cuerpo tarda más tiempo en quemar las grasas.
Como podemos apreciar en la lista anterior, para obtener un valor aceptable en la medición del perímetro abdominal no basta con «comer poco» o «evitar las grasas», sino que debemos apuntar a una vida equilibrada, una ecuación tan sencilla como rara en nuestros tiempos. Desde la postura al sentarnos, recostarnos y caminar hasta las horas de sueño y la relación con el ocio, debemos cuidar cada aspecto de nuestra existencia.
De nada sirve restringirse a la hora de comer si no estamos absolutamente convencidos de las razones por las que lo hacemos. La alimentación es una necesidad, que bien podemos aprovechar para disfrutar pero que no debería servir para tapar problemas emocionales.