Definición de periclitar

El vocablo periclitāri, que puede traducirse como encontrarse “en peligro”, llegó a nuestro idioma como periclitar. Si bien anteriormente se empleaba justamente para aludir al hecho de hallarse en una situación peligrosa, dicha acepción quedó en desuso, según indica la Real Academia Española (RAE).

Declinar o menguar

En la actualidad, el concepto de periclitar se utiliza con referencia a declinar o menguar. De todas maneras, este término no aparece con frecuencia.

El periclitar del teatro se dio por el surgimiento del cine y otras formas de entretenimiento


Por ejemplo: “Gracias a la lucha del movimiento feminista, el machismo empieza a periclitar en toda la sociedad”, “Este género teatral tuvo su auge en el siglo XVIII y luego comenzó a periclitar”, “Tarde o temprano, el rendimiento de Lionel Messi va a periclitar ya que los años pasan para todos”.

En la primera oración podemos apreciar una connotación positiva del declive, ya que se apica a un fenómeno nocivo, el machismo. En este caso su pérdida de fuerza no se da de una forma natural, sino gracias a la presencia de otra, el feminismo, que persigue la igualdad de oportunidades para todos, con un especial enfoque en el reclamos de los derechos de la mujer.

El segundo ejemplo presenta un decaimiento diferente, que tuvo lugar por la evolución del entretenimiento: no fue necesario que alguien complotara contra el teatro, sino que el interés de la gente se enfocó en el cine, luego en la televisión y más tarde en Internet. Finalmente vemos el verbo periclitar para hacer referenica el inevitable deterioro de nuestro cuerpo.

Etimología de «periclitar»

Para el estudio de la etimología de este término deberemos volver por un momento a su significado más antiguo, a pesar de que en la actualidad no se use. Esta idea de «estar en riesgo» o «peligrar» deriva del latín periclitāri, mencionado más arriba, que en su definición nos ofrece también las siguientes acepciones: «poner (a alguien) en peligro, experimentar o realizar una prueba».

Este verbo tiene su origen en un sustantivo latino, periculum, del cual recibimos dos términos esenciales en nuestra lengua: el sustantivo peligro y el verbo peligrar. Con respecto a su significado, se corresponde a grandes rasgos con el de periclitari: «experimento, prueba, ensayo y tentativa», todos conceptos que conllegan un cierto grado de riesgo y que, por lo tanto, vuelven las acciones relativamente peligrosas.

El sustantivo periculum se compone de dos partes bien definidas: la raíz indoeuropea *per-5, que nos da la idea de «arriesgar, intentar»; el sufijo -culum, que en nuestro idioma suele presentarse como -culo o -cro, como podemos observar en términos como oráculo, obstáculo, tentáculo, sepulcro, lucro y fulcro. Con respecto a la raíz, en cambio, está presente en peritus («experto, experimentado», de la cual obtuvimos pericia y perito), y experiri (verbo que significa «probar, experimentar» y que nos dio experimento, experiencia y experto).

No podemos evitar el periclitar de nuestro organismo

Situaciones de ejemplo

Aquello que periclita, pierde energía o fuerza. Tomemos el caso de un movimiento literario que alcanza una gran popularidad en un determinado momento. En esa instancia, las obras de los autores de dicha corriente son leídas por muchas personas, mientras que los pensamientos de los escritores son valorados en diversos círculos intelectuales. Sin embargo, poco a poco, este movimiento comienza a periclitar. Sus integrantes dejan de ser influyentes y los lectores se vuelcan por otro tipo de libros.

Un mandatario, por otra parte, puede acumular mucho poder hasta imponer sus ideas y medidas sin necesidad de buscar consensos ni acuerdos. Cuando el poder de dicho gobernante va periclitando, la situación cambia y ya no se halla en la misma posición de privilegio. Ahora el dirigente no está en condiciones de decidir todo de acuerdo a su voluntad.

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