Definición de pátina

Pátina es un concepto que deriva de patina, un vocablo latino que puede traducirse como “plato”. La noción refiere a una clase de barniz que, a partir de la humedad, se crea en ciertas superficies y las recubre. Su origen etimológico obedece al barniz que revestía los platos en la antigüedad.

La pátina, por lo tanto, puede ser un cierto barniz o cualquier capa que recubre algo. Por ejemplo: “Con esta pátina, la mesa estará más protegida y la madera permanecerá intacta por más tiempo”, “Aún no está listo el trabajo: todavía le falta una pátina de barniz”, “Ya ni se ve el color original del suelo: una pátina de polvo y mugre recubre la superficie”.

En el caso del cobre y de algunas de sus aleaciones, la pátina surge de manera natural con el paso del tiempo debido a la corrosión del material. El metal, a partir de la acción de diversos componentes medioambientales, regresa poco a poco a su condición natural de mineral. En este proceso, se forma una especie de película de sales que se conoce como pátina.

En los motores, la pátina es una combinación de óxidos que se emplea para proteger al conmutador o colector.

Si el término se acentúa en la «I» (patina), se trata de una conjugación del verbo patinar (desplazarse sobre el suelo por las condiciones resbaladizas de éste o gracias al uso de ruedas): “¡Mira cómo patina Lucrecia!”, “La pista donde patina el atleta olímpico permanecerá cerrada durante dos meses por refacciones”.

Cómo patinar un mueble

La pátina puede aplicarse a un mueble una vez construido para mejorar su aspecto, brindándole suavidad a la vez que haciéndolo parecer más antiguo, algo que muchas personas encuentran muy atractivo a la vista. Cabe mencionar que el patinado sirve tanto para la madera como para la forja o el hierro, entre otros materiales.

Otro de los objetivos de aplicar pátina a un mueble es resaltar sus molduras y sus tallas a través del oscurecimiento de las partes entrantes y de la iluminación de las salientes; esto enriquece las texturas independientemente de la calidad del material base. Asimismo, la pátina ayuda a disimular los defectos y las imperfecciones, tanto del material como del trabajo.

Para llevar a cabo el patinado de un mueble se necesita una medida de aceite de linaza por cada tres de aguarrás o trementina, lo que forma un líquido denominado glaseador, que sirve para disolver el otro de los elementos de la lista: pigmento de tierra u óleo del color deseado.

A la hora de escoger el color se debe prestar especial atención, ya que lo ideal es que contraste con el acabado; por ejemplo, en el caso de los muebles que ya han sido pintados, se recomienda un tono de óleo similar al original aunque ligeramente más oscuro. Además, para que la pátina no arrastre la pintura o el barniz, es indispensable que el mueble esté completamente seco.

Los pasos para aplicar la pátina son los siguientes:

* mezclar el material de color (pigmento de tierra u óleo) con el aceite de linaza y diluirlo con trementina o aguarrás para conseguir una consistencia más ligera;

* utilizar un pincel suave para extender la mezcla sobre el mueble. Si la superficie es muy extensa, conviene trabajar por partes;

* para lograr un aspecto de envejecimiento natural, conviene dar más manos en las molduras y los recovecos;

* quitar el excedente de pátina utilizando un paño limpio de algodón, principalmente en las regiones planas;

* usar una brocha seca para conseguir un efecto de difuminado extendiendo la pátina hacia los rincones;

* dejar secar.

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