Definición de patear
El verbo patear hace referencia a golpear algo o a alguien con las piernas o los pies o, en el caso de los animales, con las patas. Se trata de una acción que puede llevarse a cabo de distintas maneras y por diversos motivos.
En el terreno del fútbol, se puede patear la pelota para darle un pase a un compañero, para alejar el peligro del arco propio o para tratar de anotar un gol. Un jugador también puede patear a un rival, ya sea de forma involuntaria o intencionalmente para cometer una falta y forzar la interrupción del juego. Por ejemplo: “El delantero suizo sorprendió al arquero al patear desde afuera del área”, “¡No lo dejen patear! Tenemos que mantener el resultado”, “Al patear a un oponente que estaba a punto de marcar, el defensor fue expulsado por el árbitro”.
En varios deportes de contacto, patear es una forma de ataque que se encuentra permitida. Ese es el caso de las artes marciales mixtas o MMA y del taekwondo, por mencionar dos disciplinas. En el boxeo, en cambio, no es posible patear al contrincante ya que constituye una violación del reglamento.
Esta particularidad también se extiende a las peleas callejeras o informales, especialmente entre dos hombres: en una riña espontánea que conduce a la violencia física, se espera que haya puñetazos, empujones, llaves y otras técnicas, pero nunca patadas. Patear a una persona en medio de un encuentro de este tipo es literal y simbólicamente «un golpe bajo», algo que el otro no espera y que habla muy mal de quien lo ejecuta.
Por otro lado, fuera de las cuestiones relacionadas con el honor y el respeto por las reglas tácitas de la sociedad, patear es una acción que requiere un grado mayor de destreza física y equilibrio, por lo cual también es entendible que la mayoría de las personas prefieran los puñetazos. En una pelea donde las patadas se acepten como parte del repertorio, probablemente los luchadores tengan un buen estado físico y una agilidad que les permita llevar a cabo ataques aéreos, es decir, que no los mantengan constantemente restringidos a tener ambos pies pegados al suelo.
El verbo patear también se usa en un ámbito que no tiene ninguna relación con la violencia: el embarazo. A lo largo del crecimiento del bebé en el vientre realiza ciertos movimientos que su madre reconoce como «patadas». Esto supone una experiencia muy emocionante para ella y sus seres queridos, quienes normalmente acercan sus manos para sentir las patadas.
Estos movimientos que realiza el feto tienen el objetivo de ejercitar sus músculos y desarrollar sus huesos y articulaciones de manera adecuada. Por lo general, aparecen a partir de la decimosexta semana y se vuelven más intensas llegada la vigésima. Su fuerza puede superar los 4 kilogramos y medio, por lo cual no son nada despreciables.
Si bien la ciencia aún no ha podido demostrar si el feto tiene activo su sentido de la audición, a todos nos gusta pensar que podemos comunicarnos desde los primeros días. Por eso las mujeres embarazadas suelen hablarles y cantarles a sus bebés con la convicción de estar estimulando su inteligencia.
Dependiendo de la región, patear tiene otros usos. En algunas zonas el término se emplea coloquialmente para aludir a caminar mucho: “Tuve que patear dos horas hasta encontrar un bar abierto”, “Estoy cansado de patear, vamos a sentarnos un rato”.
Cuando un alimento genera molestias en el aparato digestivo, por último, se dice que patea: “Sé que las berenjenas me van a patear el estómago, pero no puedo resistirme a comerlas”, “Te advertí que tantas frituras te iban a patear el hígado…”.