Definición de paramédico
La noción de paramédico tiene diversos usos. De acuerdo a la primera acepción mencionada en el diccionario de la Real Academia Española (RAE), un paramédico es quien no forma parte del ámbito propio de la medicina, aunque mantiene un vínculo con ella.
Por lo general, de todas formas, se conoce como paramédico al profesional que se encarga de atender una emergencia médica antes de que el paciente en cuestión sea ingresado a un hospital. Lo que hace el paramédico, por lo tanto, es asistir a una persona en el marco de una situación de emergencia para trasladarlo luego a una institución médica apropiada según su condición.
El paramédico puede atender a quien sufre un accidente en la vía pública. Supongamos que se produce un choque de automóviles y que una persona resulta herida. Es probable que algún testigo se encargue de llamar a un servicio de emergencias para que envíen una ambulancia al lugar. En el vehículo, llegará el paramédico que se encargará de brindar las primeras atenciones al accidentado para acompañarlo después al hospital más cercano.
De acuerdo al país, un paramédico puede ser un licenciado, un técnico u otro profesional. En algunas naciones existen estudios y titulaciones específicas mientras que, en otras, el paramédico debe contar con una habilitación especial que acredite sus conocimientos y le permita brindar la atención prehospitalaria.
Un paramédico puede trabajar para el Estado (como integrante del servicio de salud de carácter público) o para empresas privadas (compañías de salud). Es frecuente que haya paramédicos en conciertos de música, partidos de fútbol y otros eventos con gran afluencia de público.
Funciones del paramédico
En una situación de vida o muerte, los ciudadanos confían en la asistencia del paramédico, ya que sus funciones son esenciales en la mayoría de los casos para asegurar la supervivencia de los pacientes.
El primer paso que debe llevar a cabo un paramédico consiste en evaluar al paciente para determinar el tipo de asistencia que necesita. Cuando la situación no puede resolverse sin la intervención de un médico, el paramédico se encarga de la estabilización y el traslado del paciente al hospital, sin dejar de observarlo durante el viaje. Gracias a los exhaustivos registros que llevan como parte integral de su labor, el médico puede contar con la información técnica necesaria para comenzar a trabajar inmediatamente.
Dicha información se recoge en base a la condición en la que se encuentra el paciente en un primer momento y a los cambios que experimenta a lo largo del traslado al centro de salud. El paramédico también debe registrar todo procedimiento realizado durante el viaje. Todos estos datos sirven para que el personal que actúe después de él pueda desempeñarse con mayor agilidad.
Entre los cuidados que el paramédico debe proporcionar al paciente se encuentran ciertos procedimientos de salvamento que permiten estabilizarlos, tales como la administración de oxígeno y la desfibrilación cardíaca. Otras de las tareas específicas que pueden llevar a cabo estos profesionales son el suministro de medicamentos por vía intravenosa y oral, la intubación endotraqueal, la interpretación de electrocardiogramas y la práctica de cirugías menores, así como la utilización de equipos de mediana y alta complejidad. Esto demuestra que deben contar con una base sólida de conocimientos, tanto a nivel teórico como práctico.
Por encima de la preparación técnica del paramédico se encuentra la importancia de su interacción con el paciente en el plano emocional; tiene el deber de tranquilizarlo, de conseguir que mantenga la calma y la conciencia hasta llegar al hospital, y de prepararlo para que acepte las intervenciones sucesivas sin problemas, lo cual facilita el trabajo de los médicos así como su propia recuperación. El paramédico debe mostrar compostura en todo momento y tener dotes de liderazgo para mantener el control de la situación y tomar las mejores decisiones posibles.