Definición de paladar
Se denomina paladar al sector superior e interior de la boca de un animal vertebrado. El término procede del latín vulgar palatāre, a su vez derivado de palātum.
En el paladar se diferencian dos áreas. El paladar duro, también llamado paladar óseo, se corresponde al hueso palatino y se ubica adelante, junto a los dientes. El paladar blando, en tanto, es la parte posterior que se halla entre el paladar duro y el velo (una lámina membranosa y muscular que establece la separación entre la cavidad bucal y la faringe).
Al paladar se lo considera el techo de la boca. En el caso del paladar duro, se forma específicamente con la apófisis horizontal del hueso palatino y la apófisis palatina del hueso maxilar. Respecto al paladar blando, se trata de una zona móvil gracias a los músculos que se hallan en el velo.
La elevación y la tensión del velo del paladar son muy importantes. Gracias a estos movimientos, los líquidos no pasan a las fosas nasales durante la deglución. La interacción entre la lengua y el paladar, por otra parte, posibilita la articulación de los sonidos.
Cabe resaltar que el paladar sano presenta una tonalidad rosácea uniforme. La aparición de manchas, por lo tanto, puede ser un síntoma de enfermedad o de algún trastorno. Los alimentos picantes o muy calientes y el estrés, por ejemplo, pueden provocar aftas o úlceras en el paladar. Distintos hongos y virus, por otro lado, también pueden generar marcas.
Para tratar una inflamación en el paladar, una de las primeras medidas recomendadas es la aplicación de frío. Esto podemos conseguirlo mediante el agua, un zumo o incluso un helado. Además de reducir la inflamación puede generar una sensación de adormecimiento en la zona que disminuya el dolor momentáneamente. Si el dolor es demasiado intenso, entonces probablemente sea necesario tomar un medicamento.
Se llama paladar, por último, al sabor que se detecta en una comida o a la sensibilidad que una persona tiene para estar atraída o experimentar rechazo hacia algo. En este sentido, cuando se dice que alguien tiene «buen paladar» se hace referencia a su facilidad natural para escoger los mejores platos, para distinguir una buena elaboración de una mediocre.
En la técnica de canto, el paladar juega un papel fundamental. Si bien en la música popular la enseñanza académica no es tan común, en la ópera y la música de cámara no se puede concebir la idea de un cantante que no haya educado su instrumento durante años, que no conozca y aproveche cada componente de su aparato fonador, el cual se compone de los órganos de respiración, de fonación y de articulación (en este último se encuentra el paladar).
Cuando un cantante desea emitir una nota, lo primero que debe hacer es tomar la cantidad de aire que cree necesaria, la cual suele ser muy pequeña en comparación con la que toma una persona sin preparación técnica. Seguidamente, debe expandir el diafragma hacia los costados para mantenerlo en una misma posición y evitar que empuje el aire fuera del cuerpo de manera involuntaria. Finalmente llega el momento de enviar el aire hacia las cuerdas vocales, para que al rozarlas se cree el sonido deseado, el cual debe completarse al chocar con el paladar duro y luego resonar en las cavidades óseas correspondientes a su altura.
El proceso del canto es mucho más complejo, en particular si hablamos de una pieza musical avanzada que requiera una combinación de destreza, memoria y resistencia. Pero el paladar duro actúa siempre, en cada uno de los sonidos, ya que si el aire no se encontrara con ninguna pared rígida no habría sonido.