Definición de osteopatía
El concepto de osteopatía, de acuerdo a lo señalado por la Real Academia Española (RAE) en su diccionario, se emplea en el terreno de la medicina para hacer referencia a una enfermedad de los huesos. Se llama hueso, por otra parte, al elemento duro que permite la conformación del esqueleto en los animales vertebrados.
El uso más extendido de la noción de osteopatía, sin embargo, alude a una disciplina o terapia que se orienta al mantenimiento y el restablecimiento de la salud a través de la manipulación física de los tejidos (óseos, musculares y de otro tipo). Los masajes, por lo tanto, son uno de los pilares de la osteopatía.
Al especialista en osteopatía se lo denomina osteópata. Es importante tener en cuenta que el osteópata no es un médico, sino alguien que se formó específicamente en este terreno.
Para la osteopatía, el organismo es un todo. El primer paso de cualquier consulta es el desarrollo de una anamnesis detallada, para lo cual el paciente debe brindar la mayor cantidad posible de información sobre su vida, incluyendo desde la historia de su nacimiento hasta sus dolencias actuales, indicando también qué enfermedades padeció, si tuvo intervenciones quirúrgicas, etc. Con estos datos, el osteópata inicia un trabajo integral sobre los tejidos, teniendo en cuenta la interrelación de éstos con los diversos sistemas del cuerpo.
Los trastornos de salud son denominados disfunciones somáticas por la osteopatía. Entre las afecciones que trata con mayor frecuencia se encuentran el lumbago, la ciática, la tortícolis, las tendinitis y los esguinces.
Con respecto a la historia de la osteopatía, su fundador fue un médico norteamericano llamado Andrew Taylor Still, quien se desempeñó como como cirujano durante la Guerra de Secesión (entre 1861 y 1865) y también como legislador del Estado de Kansas. Fue precisamente en aquella época que empezó a dedicarse a la osteopatía.
Taylor Still aseguraba que toda enfermedad del ser humano se originaba en trastornos del sistema musculoesquelético y que por medio de la práctica de la osteopatía era posible resolverlos simplemente haciendo uso del potencial de autoreparación del cual dispone el cuerpo. A sus pacientes no les permitía que complementaran sus tratamientos con otros propios de la medicina convencional, entre más prohibiciones que les imponía para controlar su evolución.
Ya a principios del siglo XIX quienes defendían la medicina alternativa (que en aquella época se conocía como medicina no ortodoxa o irregular), afirmaban que el cuerpo en su estado natural tiende hacia la buena salud ya que tiene todas las herramientas para hacer frente a cualquier enfermedad. Por esta razón Taylor Still se oponía a que sus pacientes mezclaran sus tratamientos con otros.
De acuerdo con la Asociación Estadounidense de Osteopatía, existen cuatro principios fundamentales que todo profesional debe conocer y respetar:
* el ser humano integra en una sola unidad el cuerpo, la mente y el espíritu;
* nuestro organismo cuenta con los denominados mecanismos de autorregulación, es capaz de repararse, de remodelarse y de defenderse de las amenazas por sí solo;
* existe una relación recíproca entre los conceptos de estructura y función;
* es necesario considerar los tres principios anteriores para conducir una terapia racional.
Para quienes practican la osteopatía, estos principios no son leyes empíricas, sino las bases sobre la cual se entienden la salud y la enfermedad desde su punto de vista. A grandes rasgos podemos distinguir tres tipos de osteopatía, dependiendo de la parte del cuerpo en la que se enfoque:
* estructural: busca restablecer el aparato musculoesquelético y la postura;
* craneal: estudia los problemas del cráneo y su repercusión en el sistema nervioso central;
* visceral: se enfoca en la mejora funcional de las vísceras y los órganos.