Definición de ostentación
El vocablo latino ostentatio se convirtió, en nuestra lengua, en ostentación. Este término se emplea para nombrar a la conducta que consiste en ostentar y al resultado de dichas acciones.
Ostentar, por su parte, implica exhibir algo, hacerlo notorio. Por lo general, quien ostenta busca llamar la atención para jactarse de algo que tiene: dinero, joyas, un automóvil de lujo, etc.
Por ejemplo: “La ostentación de riqueza que hacen algunos políticos genera resentimiento en la ciudadanía”, “¿Por qué te gusta la ostentación? ¿Es que realmente no disfrutas de tus cosas si no las muestras a los demás?”, “No me molesta la ostentación, me molesta la desigualdad”.
Es importante destacar que la ostentación no tiene que ver directamente con la riqueza. Un millonario puede tener un comportamiento discreto y disfrutar de su dinero puertas adentro de su mansión, así como una persona de clase media puede exhibir aquello que tiene con desmesura, buscando sobresalir entre la gente.
Un hombre que conduce un coche descapotable con música a todo volumen, mientras luce una cadena de oro en su cuello y tiene anillos de diamante en su mano, es un claro ejemplo de ostentación de un buen pasar económico. Lo mismo podría decirse de una mujer que camina por la calle con un vestido de gala y un sombrero.
Suele considerarse que la ostentación es algo negativo, ya que pareciera que quien ostenta desea echar en cara del resto de la sociedad aquello que tiene. En un mundo con una gran desigualdad económica y social, la ostentación puede provocar violencia y enfrentamientos entre las personas.
Retomando el ejemplo del coche lujoso, existen sobradas historias de personas que no pueden mantener en buen estado sus automóviles caros, ante los incesantes actos de vandalismo que deben soportar al dejarlos aparcados en lugares públicos: desde incisiones hechas con llaves hasta la destrucción de cristales o el robo de las ruedas, la envidia vuelve casi imposible moverse por la vía pública con objetos de lujo. Sin embargo, es muy probable que la actitud del propietario afecte el accionar de su entorno; la ostentación no es otra cosa que una provocación, una incitación a una respuesta negativa y denigrante.
Por lo general, se cree que las personas que ostentan sus pertenencias sienten un profundo vacío a nivel emocional, aunque lo mismo se dice de aquéllos que parecen tener una necesidad enfermiza de adquirir bienes materiales y que no lo hacen público. Resulta especialmente difícil encontrar el límite entre la necesidad auténtica de comprar y la búsqueda de ocultar o disimular problemas profundos tales como carencias afectivas.
Algo similar ocurre con la comida: en principio, los seres humanos necesitamos alimentarnos para mantenernos vivos y para que nuestro organismo funcione correctamente; sin embargo, un gran porcentaje de la población de clase media y alta ingiere más alimentos de los necesarios, ya que le asigna a esta acción matices relacionados con los placeres. Hasta un cierto punto, aceptamos los postres y los platos más sabrosos como un capricho justo; sin embargo, cuando parece no haber un modo de controlarse, comienzan las sospechas de problemas emocionales de fondo.
La diferencia principal entre la ostentación de bienes materiales y la comida en exceso es que esta última actitud puede afectar gravemente la salud, además de no buscar ningún tipo de satisfacción relacionada con la reacción del entorno; es, quizás, una decisión enteramente perjudicial para el propio organismo, pero que al menos no intenta herir a los demás. La ostentación, así como la fanfarronería, alimenta a quien la ejecuta de la envidia, la tentación y el sufrimiento ajeno por no tener los objetos ostentados.