Definición de organismo autótrofo
Se denomina organismo al grupo formado por los órganos de un ser viviente, con las leyes que organizan su funcionamiento y sus interrelaciones. Autótrofo, por su parte, es la calificación que recibe un ser vivo que puede crear materia orgánica propia a través de elementos inorgánicos.
Los organismos autótrofos, por lo tanto, están en condiciones de desarrollar materia orgánica partiendo de una sustancia inorgánica. Esto supone una diferencia respecto a los organismos heterótrofos, que deben alimentarse de otros seres para conseguir, de este modo, la materia orgánica sintetizada.
La alimentación que tienen estos organismos recibe el nombre, como era de esperarse, de nutrición autótrofa. Ya que ellos solos pueden sintetizar las sustancias que necesitan para el adecuado funcionamiento metabólico a través de sustancias inorgánicas. Esto quiere decir que no deben alimentarse de seres vivientes.
Los vegetales que apelan a la fotosíntesis para obtener energía a partir de la luz forman parte del grupo de los organismos autótrofos. Lo mismo puede decirse de aquellas bacterias que recurren a la acción de oxidar ciertas materias inorgánicas para generar la energía que necesitan.
El carbono es el elemento químico esencial en la composición de un ser vivo. En el caso de los organismos autótrofos, el denominado ciclo de Calvin permite fijar el carbono mediante un proceso del metabolismo. Dentro del grupo de organismos autótrofos a su vez podemos encontrar los fotoautótrofos, que son aquellos que usan la luz para lograr la síntesis de los componentes orgánicos, y los organismos quimioautótrofos, que desarrollan distintas reacciones de tipo químico con el mismo objetivo.
La importancia de los organismos autótrofos para la Vida
El papel que cumplen los organismos autótrofos en el desarrollo y estabilidad de la vida en el planeta es sumamente relevante. De ahí que sea tan importante cuidar el medio ambiente y mantener intactas las zonas verdes del planeta para asegurar una larga existencia a la Tierra.
Debido a su capacidad de transformar algo inorgánico en orgánico, los organismos autótrofos constituyen un eslabón clave en la cadena alimentaria: su metabolismo permite el desarrollo propio y de otros seres vivientes. Pero esto no es todo, si ellos no existieran no se habría concebido la vida tal cual hoy la conocemos por lo que su importancia excede los límites de la realidad.
Gracias a la presencia de estos organismos capaces de crear sus propios alimentos fue posible que surgieran otros que pudieran aprovecharse de ellos para su subsistencia (los heterótrofos). Y es que desde los orígenes de la vida estos otros organismos obtienen la energía a partir del trabajo de degradación y sintetización que los primeros hacen y que almacenan en su interior. Dentro del grupo de los seres vivos heterótrofos podemos mencionar las especies pertenecientes al reino fungi y al reino animal.
Si no hubiera fotosíntesis deberíamos dar por seguro que no existiría la vida como la conocemos, de ahí la gran relevancia de las plantas, individuos fundamentales dentro del grupo de los autótrofos. A través del proceso de fotosíntesis las plantas transforman la energía del sol y de los minerales en energía compatible con la supervivencia de otros seres vivos, energía química.
Otra gran diferencia entre organismos autótrofos y heterótrofos es que los primeros no necesitan desplazarse para obtener sus alimentos porque pueden aprovechar la luz del sol y las propiedades de su entorno para producir su energía. Por su parte, los heterótrofos suelen necesitar moverse para conseguir su energía, la cual obtienen de otros seres vivos, muchos de ellos, como es el caso de un conejo se alimentan de organismos autótrofos (hierba), otros de otros individuos que pertenecen al grupo de los heterótrofos, como es un león de un gacela.