Definición de oboe
La noción de oboe proviene del vocablo francés hautbois. Así se denomina a un instrumento de viento que presenta seis agujeros y que tiene entre dos y trece llaves.
Se trata de un aerófono que forma parte del grupo de los instrumentos de viento madera, ya que el sonido es generado a través de la vibración del aire que produce el propio instrumento. En el caso específico del oboe, hay una lengüeta doble que vibra.
El oboe dispone de un taladro (cámara interior) de forma cónica. El instrumento puede tener un largo de hasta unos sesenta centímetros: sobre su tubo se realizan los agujeros y se instalan las llaves. La base del tubo, por otra parte, es más ancha que el resto, por lo cual el oboe se asemeja a un embudo.
La persona que toca este instrumento se llama oboísta o, incluso, oboe. La mano izquierda se coloca en la cabeza del aerófono, mientras que la mano derecha va en el sector medio.
En cuanto a la historia del oboe, sus orígenes se remontan unos tres milenios antes de Cristo. Los asirios, los babilonios y los sumerios desarrollaron instrumentos de este tipo. En el Antiguo Egipto, en tanto, también existían los oboes, al igual que en la Antigua Grecia.
Claro que, si bien existe desde la Edad Antigua, el oboe ha atravesado una importante evolución a lo largo de su larga historia. Esta serie de cambios se reflejan en una amplia variedad de tipos de oboes y surgió como resultado de la creatividad de las muchas culturas que se han especializado en este instrumento.
El oboe contrabajo, el oboe de caza, el oboe barítono, el oboe de amor y el oboe pícolo son algunos de los integrantes de la familia del oboe. Cabe destacar que compositores como Antonio Vivaldi, Johann Sebastian Bach y Wolfgang Amadeus Mozart han creado obras para oboes.
Una forma de clasificar los diferentes tipos de oboes los divide en tradicionales y modernos: en el primer grupo están la dulzaina, la bombarda, la gaita, la zurna, el duduk, el hichiriki y la cornamusa; el segundo incluye el oboe de amor, el pícolo, el barítono y el corno inglés. De esta manera, con el correr de los siglos se ha formado una familia muy numerosa, que nos ofrece diferentes caras del «mismo instrumento».
El oboe tiene una tesitura que se encuentra entre el si bemol 2 (el segundo del piano, comenzando a contar desde el más grave) y el sol 5; es decir, su extensión total es de dos octavas y una sexta mayor. Para conseguir el si bemol 2 es necesario usar una llave especial que se activa con el dedo meñique izquierdo. Cabe mencionar que es posible ejecutar notas por encima de este límite, llegando incluso al do 6; son las llamadas notas supersobreagudas.
Más allá de la cantidad de octavas que comprende su tesitura, es posible hablar de registros, un término que agrupa sonidos de determinadas alturas según la disposición de la columna de aire que sea necesaria para ejecutarlos. En el caso del oboe podemos decir que tiene cuatro registros, de acuerdo con la notación franco-belga:
* el grave, que mide una sexta y va del si bemol al sol que se encuentra en la segunda línea del pentagrama;
* el medio, una octava que se comprende entre el sol anterior al de la tercera línea;
* el agudo, entre el sol 4 y el re 5;
* el sobreagudo, que completa la tesitura básica del oboe, llegando al sol 5.
Se dice que es imposible ejecutar sonidos por debajo del si bemol grave en el oboe. Con respecto a las supersobreagudas, mencionadas más arriba, representan un riesgo para el músico, por lo cual no son muy comunes en los conciertos en vivo.