Definición de obstinado

El vocablo latino obstinātus llegó al castellano como obstinado. Este adjetivo permite calificar a quien es persistente, constante o terco.

Por ejemplo: “Obstinado, el niño siguió intentando abrir el frasco hasta que lo consiguió”, “El entrenador siempre creyó que su táctica lo llevaría al éxito y por eso, obstinado, mantuvo el mismo sistema de juego a lo largo de todo el campeonato”, “No es bueno que seas tan obstinado, sobre todo cuando la realidad te demuestra que estás equivocado”.

La obstinación puede considerarse como algo positivo o negativo, dependiendo del contexto, de la subjetividad y de los resultados de las acciones. Por lo general se la valora si se la toma como una muestra de determinación, firmeza o autoconfianza.

Supongamos que un director técnico de fútbol mantiene en la alineación inicial a un jugador resistido por los simpatizantes y la prensa. La mayoría de las personas asegura que dicho futbolista no tiene nivel para integrar el equipo, pero el entrenador cree que puede rendir muy bien. Con el correr de los partidos, dicho deportista termina convirtiéndose en la figura del club. El DT, siendo obstinado, pudo demostrar que tenía razón.

También puede indicarse que el sujeto obstinado es porfiado o tozudo. Alguien que no escucha sugerencias, consejos ni críticas de seres queridos o especialistas y se equivoca una y otra vez con el mismo asunto, se ve perjudicado por su obstinación. En este caso, estar empecinado no es un mérito, sino todo lo contrario, ya que impide reconocer los errores propios y analizar la realidad con frialdad.

Antes de continuar, veamos algunos de los sinónimos de obstinado, un adjetivo que no se usa con tanta frecuencia en el habla cotidiana: terco, acérrimo, cabezón, testarudo, tozudo, pertinaz, contumaz, empecinado, tenaz, obseso, obnubilado y obcecado. Con respecto a sus antónimos, podemos mencionar flexible, condescendiente y dócil.

Como podemos observar, la persona obstinada no hace caso de los signos a su alrededor, de las potenciales consecuencias de sus decisiones y actos, por mucho que su entorno se esfuerce en resaltarlas para ahorrarle disgustos. Digamos que cuando a un individuo con estas características se le ocurre una idea, no para hasta no conseguirla, independientemente de que en el camino todo indique que no le conviene seguir.

En la lista de sinónimos expuesta más arriba encontramos algunos más propios del lenguaje coloquial, como ser cabezón, testarudo y tozudo. Veamos estas tres palabras en oraciones de ejemplo: «¡Mira que eres cabezón, te dijimos que este negocio no iba a funcionar pero seguiste adelante como si nada!», «Siempre dije que mi hermano es un testarudo, pero no sabía que pudiera llegar a equivocarse tanto con tal de no dar el brazo a torcer», «Yanina sigue siendo tan tozuda como cuando éramos chicos, así que no esperes hacerla cambiar de opinión».

En el ámbito de la música, el término obstinado se define como una técnica de composición que consiste en incluir en varios compases sucesivos una secuencia de notas que contengan al menos una que aparezca en todos ellos. Precisamente, su nombre se debe a que estas notas son obstinadas, o bien a que los compases lo son, ya que se empeñan en repetir ciertas notas.

Se trata de un efecto muy parecido al pedal, un sonido que se prolonga mientras se ejecutan varios acordes. La diferencia principal entre ambos es que el obstinado repite una frase y no solamente una nota. Por otro lado, ambos se suelen situar en el bajo, aunque también pueden estar en otras voces. Existen varios tipos de obstinados, tanto melódico como rítmico, y consistir en un motivo, un patrón rítmico, un bajo continuo o una progresión armónica que se repiten.

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