Definición de nacionalización
Nacionalización es el acto y la consecuencia de nacionalizar. Este verbo (nacionalizar), en tanto, tiene varias acepciones: la primera que menciona el diccionario de la Real Academia Española (RAE) alude a naturalizar, en una nación, individuos o elementos de otra.
Por ejemplo: “Las autoridades de la asociación de fútbol lograron la nacionalización de tres jugadores que se sumarán al seleccionado local”, “Ya pasaron treinta años desde mi nacionalización; me siento más español que argentino”, “El actor aseguró que, pese a trabajar desde hace años en Brasil, nunca pensó en la nacionalización”.
Con la nacionalización, un ciudadano de un cierto Estado obtiene la nacionalidad de otro Estado. Por lo general esto se permite cuando el sujeto tiene un vínculo con el segundo país a partir de una residencia prolongada, por ascendencia directa o mediante el matrimonio.
Hay Estados que permiten la nacionalización sin renunciar a la nacionalidad previa: en estos casos, el individuo adquiere una doble nacionalidad. Sin embargo, existen Estados que exigen resignar la primera nacionalidad como requisito.
El proceso de nacionalización varía en cada caso, ya que depende de diversos factores propios de la relación que haya entre los dos países. Esto repercute en la severidad y la rigidez de las exigencias, algunas de las cuales se han mencionado en un párrafo anterior. Si el requisito es haber permanecido durante un periodo de tiempo determinado en el país del cual se desea adquirir la nacionalidad, a esto suele sumarse que el interesado no haya viajado fuera en todo ese tiempo; dicho de otra manera, la permanencia debe ser absoluta y continua.
Por otro lado tenemos los requisitos relacionados con la ascendencia, que son los primeros a evaluar si el interesado aún no ha viajado al país de su interés. Algunos países aceptan más de una generación hacia el pasado, mientras que otras exigen que el lazo sea directo. Pero en el medio de estos dos extremos existen muchas posibilidades, muchas formas de limitar la nacionalización para evitar que la migración sea excesiva.
Este tipo de medidas, que muchas veces dan lugar a un grado casi milimétrico de requisitos que muy poca gente puede cumplir, incluyendo franjas específicas de años de nacimiento o de naturalización del antepasado, dan lugar a calurosos debates por parte de quienes sienten la necesidad de viajar al extranjero para buscar nuevas posibilidades de estudio o trabajo y se encuentran con trabas que les impiden acceder a los documentos.
Las largas colas en las varias oficinas, los interminables trámites para conseguir la documentación del antepasado y renovar la propia (es común que los documentos no puedan exceder los tres o seis meses de antigüedad), y las reuniones en el consulado son otros de los obstáculos, que además de ser difíciles de superar se pueden ver acompañados de un trato desagradable por parte de los empleados para desgastar a los interesados.
Se denomina nacionalización o estatización, por otra parte, al proceso que lleva a cabo un gobierno cuando ordena que ciertos servicios o industrias explotadas por particulares pasen a funcionar bajo la órbita del Estado. De manera similar, la nacionalización puede consistir en hacer que aquellos bienes que estaban en manos de extranjeros queden en poder de nacionales.
El presidente chileno Salvador Allende, por mencionar un hecho histórico, impulsó la nacionalización del cobre en 1971. El mandatario, de esta manera, profundizó una medida que había promovido Eduardo Frei Montalva en 1966.
Frei Montalva es señalado como el responsable de la chilenización del cobre: bajo su gestión, el Estado chileno adquirió acciones de grandes empresas mineras extranjeras que operaban en el territorio nacional. Luego Allende concretó la estatización y la nacionalización de la llamada gran minería del cobre.