Definición de monofobia
Lo primero que vamos a hacer en este análisis del término monofobia es indicarte su origen etimológico. En concreto, debes saber que se trata de una palabra que deriva del griego. Exactamente es el resultado de la unión de varios componentes léxicos de dicha lengua:
-El vocablo “monos”, que puede traducirse como “uno” o “solo”.
-El sustantivo “phobos”, que es sinónimo de “miedo”.
-El sufijo “-ia”, que se usa para indicar “cualidad”.
El término monofobia no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). De todos modos, analizando cómo está formado el vocablo podemos comprender su significado.
Mono es un elemento compositivo que alude a “uno solo”. Una fobia, por otra parte, es la aversión que se registra hacia algo o alguien. La monofobia, en este marco, es el miedo o el rechazo a estar en soledad.
Un individuo que padece monofobia se angustia terriblemente cuando se encuentra solo. No estar acompañado puede provocarle un ataque de ansiedad, incrementando de manera acentuada su nivel de estrés.
De la misma manera, hay que saber que también la monofobia es conocida como autofobia o incluso como isolofobia.
Este trastorno psicológico puede tener múltiples causas. Quien creció con los cuidados excesivos de padres sobreprotectores es probable que tenga una tendencia a sentirse indefenso o incapaz de afrontar distintas situaciones. En ese marco puede desarrollar la monofobia.
Es importante destacar que una persona puede sufrir la monofobia incluso estando rodeada de gente. El monofóbico, en un evento social, busca estar cerca de sus conocidos: si llega a alejarse de sus amigos o familiares, su ansiedad aumenta.
Es frecuente que el monofóbico entable un vínculo de dependencia con aquel o aquellos que le brindan seguridad. Así, necesita de la presencia del otro para realizar tareas cotidianas. Esa falta de autonomía tiene diversas consecuencias, tanto en la vida personal como profesional.
Sudoración fría, problemas para respirar, taquicardia y mareos son algunos de los síntomas de la monofobia. Otros síntomas que puede sufrir una persona con monofobia son malestar estomacal, sensación de aturdimiento, desmayos, sensación de atragantamiento, molestias en la zona del tórax, escalofríos, temor a morir…Asimismo, también puede suceder que ese individuo llegue incluso a temer que pueda llegar a perder la cordura en un momento determinado.
Quienes padecen este trastorno hay que saber que cuentan con serios problemas para relacionarse y también les cuesta muchísimo el poder mantener relaciones afectivas que resulten estables y duraderas. Es más, en el caso de que lleguen a tener una relación sentimental esta se puede convertir en un verdadero ‘infierno’ para ellos porque generarán una enorme dependencia respecto de sus parejas.
Asimismo, no hay que olvidar que esas personas, además, verán limitada su capacidad para tener una vida plena y feliz. Sí, porque se dejarán arrastrar por el sufrimiento, la dependencia, el temor a ser ignoradas e incluso a no ser amadas.
Ante una crisis, los expertos recomiendan que el sujeto trate de concentrarse en alguna actividad. El tratamiento de la fobia, de todas maneras, requiere de asistencia psicológica.