Definición de maquinismo
Se conoce como maquinismo al uso preponderante de las máquinas en la actividad industrial, una característica propia de la era moderna. El término suele emplearse para aludir a la incorporación de maquinaria y de procesos sistematizados que tuvo lugar al final de la Primera Revolución Industrial.
Gracias al maquinismo se redujeron los costos de producción y se simplificó la fabricación de todo tipo de bienes. El fenómeno, a su vez, supuso la eliminación y la sustitución de puestos de empleo, uno de sus aspectos negativos.
El maquinismo se desarrolló sobre todo en el Reino Unido en el último tramo del siglo XVII. La invención del motor de explosión y del motor eléctrico; la creación de nuevos medios de transporte y de comunicación; y el desarrollo de artefactos para ser utilizados a nivel doméstico fueron claves.
Con el maquinismo no solo cambió la economía: también se llevaron a cabo modificaciones generales a nivel social. Mientras que los empresarios lograron empezar a producir más con menos gastos y en menor tiempo, los obreros se organizaron para enfrentar la incorporación masiva de máquinas y así proteger el trabajo artesanal.
De acuerdo a algunos especialistas, el maquinismo aparece también en las innovaciones que se concretaron en las décadas más recientes. A un ritmo cada vez mayor, los robots y las computadoras (los ordenadores) reemplazan a los seres humanos en distintas esferas del mundo laboral. Ya no solo se apela a las máquinas para que realicen acciones físicas, sino que los dispositivos cibernéticos incluso se encargan de resolver cuestiones intelectuales a través de la programación.
Por lo tanto, la lucha entre quienes defienden el trabajo artesanal y los promotores del uso de máquinas para reemplazarlo aún no ha terminado. Ambas partes tienen razones para defender sus posturas, por lo cual se hace difícil estar completamente de acuerdo con una de ellas en detrimento de la otra. Veamos algunas de las ventajas de las máquinas frente a la mano de obra humana:
* mayor eficiencia: los robots y los ordenadores pueden procesar los datos a una velocidad muy superior a la de nuestra especie. Si bien todavía al día de hoy no cuentan con una inteligencia comparable, capaz de entender el mundo como lo hacemos nosotros, para trabajos repetitivos rinden mucho mejor;
* no se cansan: a pesar de que las máquinas requieran un mantenimiento periódico, pueden llevar a cabo tareas que para el ser humano serían agotadoras durante mucho más tiempo, ya que jamás pierden energía para seguir adelante;
* margen de error insignificante: por mucha experiencia que tenga una persona en su profesión, su tendencia a los errores es mucho mayor que la de una máquina. No olvidemos que en nosotros se conjuga la técnica con el ánimo, el cansancio, los problemas personales, el estado de salud, la influencia del clima, etcétera, todos aspectos que no afectan a un robot.
Estas y otras ventajas pueden servir para apoyar a los defensores del maquinismo, pero también es posible señalar aquellos aspectos que por el momento son exclusivos de los trabajadores humanos. En primer lugar, el hecho de que sean de la misma especie que quienes les dan trabajo y que los receptores de sus productos; esto hace que puedan opinar acerca de las decisiones con un punto de vista compatible, en lugar de limitarse a cumplir las tareas.
La sensibilidad es uno de nuestros mayores tesoros, y uno de los pocos que por el momento nos salvan de ser completamente reemplazados por máquinas. No necesitamos que nos digan «no hagan daño a otros trabajadores» ni que nos indiquen que «las mesas deben llevar patas», porque éstas y otras muchas cosas las sabemos por cuestiones culturales.