Definición de manual de usuario
Un manual es una publicación que incluye los aspectos fundamentales de una materia. Se trata de una guía que ayuda a entender el funcionamiento de algo, o bien que educa a sus lectores acerca de un tema de forma ordenada y concisa. Un usuario es, por otra parte, la persona que usa ordinariamente algo o que es destinataria de un producto o de un servicio.
Estas dos definiciones nos permiten comprender el significado de un manual de usuario. Este tipo de publicaciones brinda las instrucciones necesarias para que un usuario pueda utilizar un determinado producto o servicio. Por ejemplo, si el manual de usuario está referido a un teléfono móvil (celular), incluirá los conceptos y las guías necesarias para su utilización, detallando las funciones de sus teclas, las opciones disponibles a través de los diferentes menús, etc.
Un manual de usuario es, por lo tanto, un documento de comunicación técnica que busca brindar asistencia a los sujetos que usan un sistema. Más allá de su especificidad, los autores de los manuales intentan apelar a un lenguaje ameno y simple para llegar a la mayor cantidad posible de receptores.
Dada su complejidad, todos los productos electrónicos o informáticos suelen contar con su propio manual de usuario. Los artículos más simples (como una pelota o una mesa) no requieren de explicaciones para que los consumidores sepan cómo utilizarlos.
Los manuales de usuarios suelen estar escritos en diversos idiomas y contar tanto con textos como con imágenes. De esta forma se facilita la comprensión de los conceptos. Los diagramas y esquemas también son habituales.
Una estructura frecuente de los manuales de usuario incluye una introducción al producto en cuestión, un índice con los contenidos del manual, la guía en sí misma, una sección de problemas frecuentes y su forma de solucionarlos, los datos de contacto y un glosario.
En muchos casos, las traducciones de los manuales de usuario suelen ser poco confiables, dejando en evidencia que el documento original fue escrito en un idioma diferente. En parte, este problema puede ser justificable si se tiene en cuenta que ciertas tecnologías reciben un nombre específico en su país de origen que encierra una serie de elementos culturales y lingüísticos muy difíciles de adaptar a otras lenguas. En la actualidad, dada la masificación de Internet y de productos tales como los smartphones (ejemplos en sí mismos de un nombre en un idioma extranjero), es raro que alguien se sienta abrumado por términos como «email», «home» o «touch»; sin embargo, dos décadas atrás, la realidad era muy distinta.
Los manuales de usuario sufren de un fenómeno muy particular, que tiene matices cómicos a la vez que finales trágicos: muy poca gente los consulta. Por lo general, la decisión de no leer un manual está íntimamente relacionada con la personalidad, con el tipo de persona, y no se da espontáneamente; en otras palabras, existen quienes nunca lo hacen y quienes no acaban de desenvolver el producto hasta que no han estudiado sus funciones de la a a la z.
Si bien hay muchos dispositivos que exigen muy poca intuición por parte del usuario para ser comprendidos y aprovechados, no todos gozamos de esa predisposición a nivel intelectual; por otro lado, existen determinadas funciones que, por diferentes motivos, no saltan a la vista y requieren de la información específica para ser descubiertas.
La redacción de un manual tiene varios objetivos, y uno de ellos es advertir a los consumidores de las limitaciones de los productos para evitar quejas por fallos que podrían haber sido evitados. Y es ésta la razón por la cual todos deberíamos invertir los escasos minutos necesarios para interiorizarnos acerca de los artículos que adquirimos; la consecuencia de actuar impacientemente puede ser una espera de largas semanas, hasta que los técnicos oficiales reparen nuestros dispositivos, o bien nos envíen uno de repuesto, probablemente usado.