Qué significa licuación
La licuación o licuefacción es el cambio de estado que acontece cuando una sustancia pasa del estado gaseoso al líquido. El proceso ocurre por la acción de la temperatura y el aumento de la presión, que permite llegar a una sobrepresión elevada. Esto diferencia a la licuación de la condensación, que acontece cuando una sustancia cambio de estado pasando del vapor al líquido, por la disminución de la temperatura.
La licuación de los gases, que fue descubierta por el físico y químico británico Michael Faraday en 1818, se logra cuando se enfría un gas hasta que llega a su temperatura de condensación, quitando entonces el calor latente de la vaporización.
Este proceso logró mejorar la eficiencia y bajar los costos de la producción de aire líquido, gracias a su importancia en la producción de oxígeno, nitrógeno y otros gases. Cabe destacar que los encendedores y las garrafas, entre otros artículos utilizados en la vida cotidiana, contienen gas líquido que fue obtenido gracias a la licuación.
Por último puede mencionarse que el gas natural licuado (GNL) es el gas natural que ha sido procesado para su transporte en forma líquida. Se considera que el GNL es la mejor alternativa para monetizar reservas en sitios alejados, donde no resulta rentable llevar directamente el gas al mercado por medio de un gasoducto o por generación de electricidad.
De esta forma, el gas natural es transportado como líquido a presión atmosférica y a -161°C, donde la licuefacción disminuye unas seiscientas veces el volumen del gas transportado.
Es importante aclarar que existe una diferencia semántica entre los términos licuación y licuefacción, que los vuelve incompatibles como sinónimos en ciertos casos, en particular al hablar de suelos. El primero se define como la transformación en gas de una sustancia gaseosa o sólida; el segundo es más preciso, ya que se trata de la conversión en líquido únicamente de un gas, al comprimirlo usando temperaturas considerablemente bajas.
Habiendo dicho esto podemos pasar a definir la licuación de suelo, un fenómeno que consiste en aplicar una gran fuerza (que también se conoce con el nombre de carga) a un suelo para conseguir que pasen a un estado líquido, o bien que su consistencia pase a ser la de un líquido pesado. Se considera una clase de corrimiento de tierra, es decir, lo que ocurre cuando se desplaza una masa de tierra de gran tamaño y se precipita a lo largo de una ladera o vertiente.
La licuación de suelo se produce por la inestabilidad de la inclinación de tierras que se denomina talud, la cual se lleva a cabo para que se sostengan mutuamente. Este fenómeno es uno de los más graves, dados sus efectos de destrucción. Ocurre con mayor frecuencia en suelos granulados sueltos, con una saturación como mínimo moderada, con escaso drenaje; algunos ejemplos son las gravas y arenas con vetas de sedimentos que impiden el paso del agua.
A lo largo del proceso de la licuación de suelo, mientras la fuerza exterior (que comúnmente es cíclica y no tiene drenaje) se encuentra en plena acción, el volumen de las arenas sueltas suele menguar. Esto provoca un incremento en la presión de agua que se encuentra en los poros, y de este modo la tensión de corte decrece y comienza a reducirse la efectiva.
El mayor porcentaje de suelos que sufren licuación son los que se componen de depósitos que se hayan producido a lo largo del periodo posglacial, el denominado Flandriense o Holoceno, es decir, en los últimos diez mil años. Estos depósitos suelen tener sedimentos y arenas cuyas partículas tienen tamaños comparables, y se encuentran en capas que miden como mínimo un metro de espesor.