Definición de LGBT
La sigla LGBT se forma a partir de las letras iniciales de los términos lesbianas, gais, bisexuales y transexuales. De todos modos, el uso habitual del concepto apunta a incluir a la totalidad de los individuos con identidades de género y orientaciones sexuales que van más allá del binarismo femenino / masculino.
Tiempo atrás, a quienes no eran estrictamente heterosexuales se los consideraba homosexuales, sin más aclaraciones ni distinciones. Con el paso de los años, la gente comenzó a entender que esa terminología no era suficiente para aludir a los múltiples matices de la realidad y así irrumpió la idea de LGBT.
Una mayor concienciación, sin embargo, permitió seguir avanzando y dar otros pasos. Hoy en día podemos encontrar siglas como LGBTA, LGBTP y LGBTI, entre otras, que permiten nombrar a quienes se autoperciben como asexuales, pansexuales o intersexuales, por ejemplo.
Como decíamos líneas arriba, asimismo, suele entenderse como LGBT a la diversidad de género en su sentido más amplio, y no solo centrándose en las cuatro categorías o definiciones que menciona la sigla.
Cada vez son más los movimientos que luchan por defender los derechos de la comunidad LGBT. Históricamente sus integrantes han sufrido discriminación, persecuciones y ataques de todo tipo, una realidad que, poco a poco, ha ido cambiando en los años más recientes, aunque no del todo. Por eso es importante el respeto irrestricto por quienes forman parte del colectivo LGBT y también es relevante que los heterosexuales se solidaricen para que no sigan repitiéndose las agresiones y las faltas de respeto hacia las personas simplemente por no tener una orientación sexual en particular.
Formar parte del colectivo LGBT no es una decisión, no se hace por moda ni por una cuestión ideológica, sino que es algo que descubrimos durante nuestro desarrollo a medida que vamos conociéndonos mejor a nosotros mismos. Cada persona entiende su propia sexualidad en diferentes momentos de su crecimiento: hay quienes lo hacen antes de los diez años y otros que deben vivir un par de décadas más para llegar al mismo punto. Pero la identidad sexual no supone un cambio en el estilo de vida, sino en todo caso un nombre para lo que ya existía.
A pesar de que la sociedad haya dado pasos importantes hacia la aceptación de la comunidad LGBT, todavía hay mucho trabajo por delante. ¿Qué hemos conseguido hasta el momento? En algunos países —o, más bien, en algunas ciudades— ya no es difícil hablar de la propia sexualidad con amigos, familiares y compañeros de trabajo, así como tampoco salir a la calle con una pareja del mismo sexo y expresarle cariño mediante gestos y caricias. Sin embargo, existe una barrera invisible que separa a la gente por su sexualidad, así como hay otras que nos agrupan por cuestiones religiosas, económicas e ideológicas.
El cine es un excelente punto de referencia para medir el grado de inclusión de las diferentes partes de la sociedad. Pues la comunidad LGBT aún se encuentra muy lejos de verse reflejada en un porcentaje importante de las películas que se publican cada año. Todo comenzó con «el amigo homosexual de la protagonista», el cual generalmente se mostraba extremadamente afeminado, algo que no resulta del todo inclusivo para quienes no se comportan de esta manera. Poco a poco aparecieron también las lesbianas y los transexuales, aunque con una presencia mucho menos aparente, mucho más silenciosa y disimulada.
Al día de hoy existen películas y series que apuestan con menos miedo por incluir personajes LGBT entre sus protagonistas, pero siempre reina la heterosexualidad como la norma indiscutida, y eso hiere la sensibilidad de millones de personas cuyas voces aún no han sido oídas.