Definición de involucrar
El verbo involucrar, derivado del vocablo latino involūcrum, alude a implicar, alcanzar o comprometer. El concepto se utiliza de distintas maneras de acuerdo al contexto.
La idea de involucrar puede usarse con referencia a hacer partícipe a alguien de algo. Por ejemplo: “Es importante que las autoridades del establecimiento se encarguen de involucrar a los estudiantes en las decisiones que afectan a toda la escuela”, “El entrenador se propone involucrar al jugador uruguayo en el circuito creativo del equipo”, “Como dirigente político, es mi obligación involucrar a los jóvenes en la lucha por un país mejor ya que el futuro será de ellos”.
En determinadas circunstancias, involucrar supone complicar a un individuo en un asunto. En este caso, el sujeto involucrado desearía no estarlo, ya que fue metido en un problema a partir de los dichos de otro.
Tomemos el caso de un empresario arrepentido que acude a la Justicia para confesar que se enriqueció a partir de negociados espurios que realizó con la connivencia de funcionarios del gobierno. Este hombre entregaba sobornos a miembros del Poder Ejecutivo para obtener diversos beneficios para su compañía. Al explicar ante un juez cómo era la operatoria habitual y mencionar a los políticos que sobornó, el empresario se encarga de involucrar a numerosos dirigentes. Las personas involucradas, por supuesto, desearían no estar envueltas en este caso de corrupción, por lo cual habrían preferido que el empresario nunca hubiese hablado sobre el tema.
En este marco, un funcionario que asegura no haber incurrido en ningún delito sostiene ante los medios de comunicación que no va a dejar que lo involucren en un caso semejante. Por eso le exige al empresario que se retracte.
El verbo involucrar tiene, por lo tanto, varios usos, algunos que denotan una acción constructiva y otros, una perjudicial para un tercero. En el primer grupo entra también la participación activa que los padres y tutores deben ofrecer a los niños a lo largo de su crianza para contribuir con su correcto desarrollo. Es muy importante involucrarlos en diversos aspectos de su crecimiento, ya que en la adultez no podrán contar con alguien que les resuelva todos los problemas y la práctica debe comenzar desde la niñez.
Si bien es cierto que un niño no tiene los conocimientos y la experiencia necesarios para tomar ciertas decisiones, como ser las referentes a la administración de la economía familiar, no debemos olvidar que se trata de un ser humano que tarde o temprano deberá encargarse de esas cosas. Por ello es necesario involucrarlo incluso en algunos asuntos que excedan los límites de su comprensión para entrenarlo poco a poco.
Los niños necesitan amor, protección, un control frecuente de su estado de salud, estar en contacto con otras personas de su edad, pero también sentirse importantes y necesarios dentro de su núcleo familiar. No son piezas de colección que debamos mantener en un embalaje para evitar que se deterioren, sino seres que en el futuro serán autosuficientes pero que no lo conseguirán si no los estimulamos a tiempo.
Involucrar a un niño en las decisiones familiares es una práctica que cada vez más adultos llevan a cabo, gracias al incentivo por parte de los médicos y los maestros. Por ejemplo, si se acerca la época de las vacaciones, podemos preguntarle adónde quiere que lo llevemos, qué actividades le gustaría hacer, si echará de menos a sus amigos, etcétera; esto no significa que sus respuestas deban ser tomadas como instrucciones a seguir al pie de la letra, sino como parte de un todo que se completa con las opiniones de sus mayores para finalmente tomar una decisión.