Definición de invocación

Invocación es el acto y el resultado de invocar: pedir asistencia a través de un ritual o de una solicitud formal, ampararse en una norma o en una tradición. La palabra o expresión que se usa para invocar también se denomina invocación.

Puede decirse que la invocación se concreta a través de un conjuro, un hechizo, una súplica, un mandato o una oración. Mediante este recurso, la persona solicita ayuda, un favor o protección.

En el ámbito de la religión, la invocación supone llamar a una entidad sobrenatural: una divinidad, un espíritu, un demonio, etc. Las plegarias, las liturgias y los mantras, por ejemplo, sirven para la invocación.

Es importante señalar que la ciencia no ha podido probar que sea posible entablar una comunicación con un ser de otra dimensión y conseguir de este modo que venga a la nuestra para asistirnos. De todos modos, en los ámbitos de la religión y la fantasía se habla de este concepto con total naturalidad.

Cuando la invocación se lleva a cabo con buenas intenciones, por lo general el espíritu con el que se establece el contacto es bondadoso, piadoso y sólo puede brindar ayuda sin hacer daño a nadie. La gente o los personajes de ficción pueden invocar a un ser de estas características para que los curen de una enfermedad o para pedirles que asistan a un tercero que se encuentra en peligro.

Sin embargo, incluso con la intención de hacer el bien es posible solicitar el amparo de un demonio, es decir de una criatura maligna, que por lo general se cobra todos y cada uno de sus favores con maldiciones o condiciones abusivas. La invocación de un demonio puede traer los resultados deseados en muy poco tiempo, pero las consecuencias pueden ser devastadoras.

Continuando en el terreno de la ficción, hay personajes que han aprendido a dominar a ciertos demonios, a quienes usan con total libertad para su propio beneficio sin miedo a que se vuelvan en su contra. Los hechiceros más experimentados pueden invocar a un gran número de criaturas diferentes, con capacidades de lo más variadas, que puedan asistirlos en el campo de batalla, tanto en enfrentamientos normales como contra otros seres sobrenaturales.

Por ejemplo, si la pelea es contra un ser capaz de manipular el fuego, la invocación más adecuada será aquélla que traiga a nuestro plano a un ser con el don de manipular el agua o el viento. Los seres invocados suelen tener habilidades muy superiores a las del hechicero: fuerza física muy por encima de la humanamente posible, manipulación de los elementos, vuelo libre sin necesidad de un cuerpo aerodinámico ni alas y velocidad de movimiento muy alta.

En el terreno de la poesía, se habla de invocación para aludir a una figura retórica consistente en un pedido de inspiración a una musa o a una deidad. Este acto se plasma mediante un diálogo o una pregunta, aunque no todos los poetas lo llevan a cabo.

La idea de invocación también aparece en el lenguaje coloquial cuando se alude a algo para explicar una acción o una decisión. Un periodista, en este marco, critica a un gobierno ya que considera que la invocación a las revueltas sociales como justificación de un plan represivo del Estado no es válida. Para este periodista, los gobernantes no pueden argumentar la represión aludiendo a la supuesta necesidad de pacificar.

La invocación, por último, puede ser una convocatoria o un llamado: “Aprovecho la oportunidad para hacer una invocación a los clubes deportivos para que promuevan los hábitos saludables en la juventud”, “La invocación del presidente no fue atendida por los sectores de la oposición”.

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