Definición de involución
Con origen etimológico en el vocablo latino involutio, involución es un concepto que alude a la interrupción y el retroceso de algún tipo de evolución. Involucionar, por lo tanto, es lo opuesto a evolucionar.
La idea de involución aparece en múltiples ámbitos. Cuando un país detiene su progreso y comienza a evidenciar síntomas de deterioro (social, económico, cultural), puede decirse que está padeciendo una involución. Supongamos que una nación X en 1960 tenía un índice de pobreza del 21% y medio siglo después, ese indicador se sitúa en el 45%. Dicha región, por lo tanto, involucionó con el paso de los años.
Tomemos el caso de un futbolista que se está recuperando de una lesión. De a poco, este deportista empieza a realizar ejercicios físicos, exigiéndose cada día un poco más. Sin embargo, en un entrenamiento, siento un fuerte dolor y debe volver a hacer reposo. El jugador, en definitiva, se enfrenta a una involución en su proceso de recuperación.
Con respecto al saber humano y al desarrollo del organismo, hay quienes consideran imposible la involución, señalando que cualquier cambio que se advierta en nuestra estructura debe ser considerado parte de una inevitable evolución. De hecho, muchos creen que la involución es un concepto imposible de encontrar en la realidad y que hace alusión, en todo caso, a una evolución difícil de entender en el contexto en el que se produce.
No debemos olvidar que todo ser vivo y toda situación deben situarse en un contexto para tener sentido, para poder ser estudiados y comprendidos. Esto nos lleva a pensar que quizás todos los ejemplos de involución que nos vengan a la mente puedan ser interpretados como casos de evolución, aunque nos cueste aceptarlos de esa manera. Retomemos el caso de la lesión del futbolista: los seres humanos tememos a la enfermedad y a la muerte, razón por la cual nos apoyamos en diversos conocimientos medicinales para luchar contra cualquier problema de salud; sin embargo, para la naturaleza es productivo que enfermemos y muramos, ya que de este modo pasamos a formar parte de un ciclo que beneficia el suelo con nuestros restos.
Esta explicación puede parecer morbosa o difícil de entender, pero no deja de reflejar la realidad que podemos observar en la selva y en el océanos, por ejemplo, donde el ser humano no se ha impuesto por completo. El avance hacia la muerte de una enfermedad terminal se describe como una involución si el observador lo considera negativo, porque siente pena o frustración ante el estado del paciente; sin embargo, si no existieran estos sentimientos que tenemos tan arraigados por la cultura, lo veríamos simplemente como una evolución esperable de un cuadro muy grave.
Se llama involución senil a una serie de fenómenos retrógrados que se generan a partir del envejecimiento de una persona. Dicha involución implica la degeneración y la atrofia de órganos y tejidos. Aquí nos enfrentamos a un uso del término involución que, si bien no carga con una connotación negativa directamente, señala una serie de procesos naturales que tienen lugar una vez que alcanzamos la tercera edad con un matiz que lo presenta como algo indeseado. Claro que también podría ser descrito como parte de la evolución que atraviesa nuestro organismo, y en ese caso no habría ninguna duda acerca de su carácter.
La involución uterina, por otra parte, es el proceso que realiza el útero cuando, tras el parto, regresa a su estado de reposo. En el marco de la gestación, el útero registra un incremento de tamaño y de peso. Una vez que se produjo el alumbramiento, comienza a producirse la involución uterina hasta que el órgano vuelve a adquirir las características que tenía antes del embarazo.