Definición de criatura
Del latín creatura, una criatura es un niño recién nacido o de pocos años de vida. El término puede utilizarse, por lo tanto, como sinónimo de niño. Por ejemplo: “Ayer vino a visitarme Ester con su criatura, que está casi tan alta como ella”, “Me indigna cuando las criaturas tienen que pagar por los errores de sus padres”, “Tras el choque, la criatura salió despedida por el parabrisas y golpeó contra el pavimento”.
La noción de criatura, por extensión, se utiliza como calificativo de una persona que parece de muy poca edad o que tiene propiedades o actitudes similares a las de un niño: “No te preocupes, sólo eres una criatura: ya conseguirás otro empleo”, “No soporto que te comportes como una criatura cada vez que te enojas”, “No debes ponerte así, pareces una criatura”.
Cuando se habla de criatura como sinónimo de niño, existe un cierto matiz de ternura implícito en el término, la consideración innegable de que se trata de una persona que está creciendo, que necesita de la protección de sus mayores, que no tiene maldad y que no es consciente de los peligros que la rodean. Por todas estas razones, las criaturas suelen ser presa fácil de los adultos más perversos.
Ante una noticia tan horrorosa como un caso de abuso infantil, o de una madre que arrojó a su bebé en un contenedor de basura, es normal que la gente reaccione diciendo «Pero ¿cómo pudo hacerle algo así? Si es tan sólo una criatura». Si bien no todas las personas sienten el deseo de ser padres, todas pasan por la infancia y experimentan en carne propia esa vulnerabilidad que caracteriza a cualquier ser vivo durante sus primeros tiempos de vida.
Al pensar en una criatura sentimos una empatía muy particular, porque nos obliga a viajar en el tiempo, a despertar sentimientos y sensaciones que quizás creíamos haber olvidado, para ponernos en el lugar de otro ser vivo e intentar entenderlo. Lamentablemente, muchos adultos hacen daño a los niños de formas impensables y les dejan huellas imborrables que los atormentan durante toda la vida; tres ejemplos muy comunes son el abuso sexual, el psicológico y las agresiones físicas.
Criatura también se utiliza para nombrar a los seres mitológicos que no ingresan en las clasificaciones más corrientes, ya que no son seres humanos ni animales. Algunas criaturas mitológicas, de todas formas, surgieron a partir de los relatos confusos de viajeros en la antigüedad, que terminaron tergiversando las características de animales reales.
El dragón (similar a una serpiente o un lagarto de gran tamaño, capaz de escupir fuego por la boca), el unicornio (caballo con un cuerno), el minotauro (mitad hombre y mitad toro) y el monstruo del Lago Ness (una especie de plesiosaurio que, por algún motivo, no se habría extinguido) son algunos ejemplos de criaturas muy populares en diversas culturas.
Cabe destacar que algunas criaturas que eran consideradas mitológicas terminaron formando parte de los animales una vez descubiertas. Ese es el caso del okapi, que parece una mezcla de cebra y jirafa. Los pobladores del Congo solían narrar sobre su existencia a los europeos quienes creían que era sólo mitología, hasta que Harry Johnston, a comienzos del siglo XX, pudo conseguir pieles que probaban la existencia del okapi.
Otra criatura que al día de hoy se reconoce como un animal real, aunque no con las características físicas y habilidades propias de sus tantos mitos, es el dragón. Su nombre completo es dragón de Komodo (también se lo conoce como monstruo o varano), y es una especie de saurópsido escamoso que se encuentra en algunas islas de Indonesia central. Ningún otro lagarto lo supera en tamaño, ya que puede alcanzar los tres metros de longitud, y su peso promedio ronda los 70 kg.