Definición de inquieto
Inquieto, del latín inquiētus, es un adjetivo que hace mención a aquel o aquello que no está quieto. Este término (quieto) refiere a lo que no tiene o no hace movimiento, o a aquello que se encuentra pacífico y sin turbaciones.
Por ejemplo: “La pirotecnia y los fuegos artificiales ponen inquietos a los perros”, “De chico era muy inquieto, no permanecía sentado más de medio hora”, “El mar está inquieto: no creo que podamos salir a navegar esta tarde”.
Cuando se aplica a un ser humano, este adjetivo puede tener diferentes connotaciones. La gente bulliciosa es calificada como inquieta: “Mi peor pesadilla es tener como vecinos a un grupo de adolescentes inquietos que escuchen música a todo volumen”, “Por favor, haga callar a esos niños inquietos que no puedo descansar”.
En muchas ocasiones, se utiliza el término inquieto para referirse a todo aquel niño que muestra una actitud que consigue sacar de sus “casillas” a sus padres porque no para de moverse y de hacer cosas.
En concreto, los profesionales de la medicina establecen una serie de claves importantes acerca de esa manera de comportarse por parte de diversos pequeños:
• En algunos casos, es una forma de llamar la atención de sus progenitores porque estos no les prestan el tiempo necesario.
• De la misma manera, otras veces los menores optan por una actitud inquieta porque sus mayores no les establecen ningún tipo de normas y no saben si eso está bien o mal. No les han impuesto unas reglas claras acerca de cómo y cuándo hay que comportarse correctamente y mantener la calma.
• Asimismo no hay que olvidar que también otros niños son inquietos por naturaleza, y es que han nacido con ese temperamento “más vivo” y menos pausado.
• No menos importante es subrayar que los expertos en medicina también coinciden en subrayar que, en otras ocasiones, el hecho de que la inquietud sea demostrada en todo momento por un menor puede ser debido a que tiene problemas de audición o incluso de aprendizaje. En estos casos lo recomendable es ponerse en manos de profesionales que encontrarán una solución a través del correspondiente tratamiento.
• Por supuesto, también hay que tener presente que otros niños en realidad lo que tienen es hiperactividad, un trastorno que, de la misma manera, también necesita ayuda médica.
Aquel que se encuentra desasosegado por una agitación del ánimo y que, por lo tanto, sufre de inquietud, también se lo califica como inquieto. Es posible oponer el hecho de estar inquieto a otros estados del ánimo, como encontrarse sereno, tranquilo o relajado: “Desde que entraron a robar a mi casa, vivo inquieto y en estado de alerta”, “Estoy un poco inquieto porque Facundo aún no ha regresado”, “¿Cómo quieres que no esté inquieto si acaban de dispararme?”.
Inquieto, por último, es quien es propenso a efectuar cambios: “Soy un hombre inquieto: no permanezco en el mismo trabajo por más de dos años”, “Ricardo es muy inquieto: todos los años quiere renovar la decoración de la casa”, “No seas inquieto y trata de completar los estudios: no sirve de nada abandonar a poco de empezar”.