Definición de ingenuo
El adjetivo ingenuo se utiliza para calificar al individuo inocente o crédulo. El término procede de ingenuus, un vocablo de la lengua latina.
Por ejemplo: “¿Cómo pudiste ser tan ingenuo y darle todos tus ahorros a un hombre que no conocías?”, “El joven defensor cometió un penal ingenuo que el capitán del equipo rival capitalizó”, “Fue ingenuo pensar que íbamos a resolver los problemas de la empresa con rapidez”.
La falta de madurez y de experiencia hace que una persona sea ingenua. Por eso la ingenuidad suele ser una característica propia de los niños, quienes tienden a creer aquello que les dicen. Con el paso de los años, el ser humano adquiere la capacidad de distinguir con mayor precisión lo cierto de lo falso y además suele volverse más desconfiado.
Sin embargo, los adultos muchas veces son ingenuos y resultan víctimas de engaños. Supongamos que a un hombre le llega un correo electrónico de un supuesto millonario africano que le pide ayuda para sacar una gran cantidad de dinero de su país. Este sujeto solicita una cuenta bancaria para transferir el monto, prometiéndole al receptor del email un porcentaje a modo de comisión. Unos días después, para hacer frente a gastos imprevistos, el “millonario” ruega que se le envíen 2000 dólares que le permitirán realizar trámites y entonces sí transferir el dinero. Ingenuo, el individuo que recibe los mails envía la suma: nunca más vuelve a ser contactado.
La ingenuidad no es un rasgo exclusivo de algunas personas, sino un estado por el que todos pasamos y podemos pasar alguna que otra vez en la vida. Si bien es cierto que hay individuos especialmente ingenuos, que tienden a caer en las garras de los aprovechadores o a creer en cosas infundadas con mucha frecuencia, nadie está a salvo de una equivocación de este tipo.
Hasta cierto punto, ser ingenuo puede ayudarnos a vivir el día a día con ilusión: no está mal dejarnos llevar por la fantasía si esto nos permite sonreír mas a menudo. El problema comienza cuando la ingenuidad nos conduce a perder cosas importantes, como ser nuestras pertenencias o incluso ciertas oportunidades que deberían ser nuestras pero las entregamos a alguien que se aprovecha de nuestra falta de atención.
Es importante resaltar que el uso de esta palabra para referirnos a un tercero suele denotar un cierto grado de compasión, aunque también puede haber algo de resentimiento si su excesiva inocencia nos ha afectado. Por ejemplo, si le decimos a alguien «es que tú también, eres tan ingenuo» no estamos insultándolo sino expresándole que sentimos que sea así porque vemos que ha sido víctima de un engaño.
Decirle a otro que lo consideramos ingenuo puede ser un intento de ayudarlo a abrir los ojos, a estar más atento a los potenciales aprovechadores que siempre estarán esperando la próxima oportunidad de confundirlo y perjudicarlo. Claro que no todo el mundo recibe con alegría este calificativo, ya que bien puede ser interpretado como una muestra de desprecio.
En definitiva, no podemos ir por ahí llamando ingenuo a cualquier individuo que actúe sin cautela, sino que en todo caso resulta adecuado para mostrarle empatía a alguien cercano para ayudarlo a madurar. Además, es importante resaltar que si un adulto se lo dice a un niño resulta mucho más suave que en el sentido contrario, a menos que haya un lazo afectivo fuerte y que se trate de una llamada de atención por su propio bien.
Se conoce como la ingenua, por otra parte, a un personaje arquetípico del teatro correspondiente a una mujer cándida que suele ser engañada. Por lo general la ingenua es una joven bonita que cae en las trampas de otro personaje al que confunde con el héroe.