Definición de influencer
Influencer es un término que se emplea cada vez con más frecuencia en los medios de comunicación. Sin embargo, el concepto no forma parte del diccionario que elabora la Real Academia Española (RAE).
Se llama influencer a una personalidad pública que se hizo famosa a través de Internet y que encuentra en el ámbito digital su principal ámbito de influencia. Se trata de celebridades con miles o millones de seguidores en las redes sociales.
Por lo general un influencer es alguien capaz de viralizar contenidos: es decir, de multiplicar la difusión y la propagación de videos, imágenes, etc. Además incide en las decisiones de consumo de sus admiradores, marcando tendencia. Por eso suelen ser figuras que contratan las empresas y las marcas para el desarrollo de campañas publicitarias ya que su fama garantiza la llegada de los anuncios a una gran cantidad de personas.
La noción de influencer ha sido relacionada al famoso pensamiento de Andy Warhol respecto a que, en el futuro, cada individuo tendría sus quince minutos de fama. La popularidad de las estrellas de Internet puede ser súbita, con un crecimiento repentino, pero también fugaz: no son muchas las que consiguen mantener un elevado nivel de reconocimiento con el paso del tiempo.
Supongamos que una joven que publica fotografías de sus viajes en Instagram consigue decenas de miles de seguidores y se convierte en influencer. Un fabricante de bolsos y carteras, ante su notoriedad, decide contratarla para que difunda sus propuestas. De este modo le paga una cierta suma a la influencer con el objetivo de que pose con sus productos y comparta las imágenes en Instagram.
Existen ciertas premisas que les permiten a aquellas empresas interesadas en hallar al influencer adecuado para sus productos. En los siguientes párrafos veremos algunas de ellas en detalle.
En primer lugar se encuentra su capacidad de suscitar en los demás usuarios reacciones y opiniones cada vez que toca un tema en sus espacios en las redes sociales. Precisamente, un buen influencer puede abrir un debate de cualquier tema, gracias a contar con una predisposición natural al liderazgo. Las empresas deben aprovechar esto para que, de alguna manera, ellos les hagan la mayor parte del trabajo.
A la hora de escoger un influencer, por lo tanto, es necesario estudiar la tasa de interacción que tiene con sus seguidores. Para esto existen herramientas específicas, pero también se puede averiguar mediante una serie de cálculos a mano. No debemos subestimar el potencial que una de estas personas puede tener para conseguir que la audiencia se interesa en un tema o una marca de forma espontánea.
Otro punto a tener en cuenta es la calidad de la audiencia. En la mayoría de los casos no basta con grandes cantidades de seguidores, sino que es preferible un grupo menor pero con ciertas características como el poder económico, la responsabilidad y el compromiso. Además, el buen influencer no sólo desata la polémica sino que se implica en ella y participa de manera activa.
Es importante prescindir de aquellos influencers que se enfocan únicamente en el contenido patrocinado, ya que sus discursos no suelen ser muy legítimos sino más bien guionados por las compañías a las que representan. Por el contrario, el candidato ideal pone a su audiencia en primer lugar, o al menos lo finge de forma muy convincente.
Por último, debemos resaltar que si bien el número de seguidores es uno de los aspectos principales, de nada sirve una legión de fanáticos si su participación del contenido es poco frecuente. Antes de decidirse por un influencer, las compañías deben evaluar todos estos valores para asegurarse de invertir bien su dinero.