Definición de inflamable
El adjetivo inflamable se usa para calificar a aquello que puede encenderse de manera sencilla y que no tarda en desprender llamas. Por el riesgo de incendio, los productos inflamables deben manipularse con precaución.
Se llama punto de inflamación o punto de ignición a la combinación de las condiciones físicas que se requieren para que una sustancia comience a arder cuando está cerca de una fuente de calor y luego conserve la llama si dicha fuente de calor se retira. Si la sustancia tiene un punto de inflamación con una temperatura baja, recibe la calificación de inflamable.
En la práctica esto quiere decir que los elementos inflamables se prenden fuego con relativa facilidad. Hay sólidos inflamables, líquidos inflamables y gases inflamables que se categorizan de distinta manera según su punto de inflamación.
Es muy importante conocer los diferentes materiales inflamables para saber cómo eliminar los potenciales riesgos que acarrea su manipulación o conservación. En el caso de los gases inflamables, por ejemplo, que también se conocen con el nombre de gases combustibles, tenemos sustancias como el amoníaco, el acetileno, el propano, el hidrógeno, el metano y el propileno.
Una de las características que tienen en común los gases inflamables es que si se los mezcla con un oxidante y se les provee una fuente de ignición, arden. El riesgo de un accidente por incendio crece partiendo de bajas concentraciones de gases inflamables a medida que éstos se encuentran en mayor proporción con respecto al volumen del aire. Cuando el aire es demasiado rico, entonces las probabilidades de ignición disminuyen.
Si el gas inflamable se encuentra en un recipiente o en un espacio confinado, basta con una pequeña proporción para que se produzca una explosión. La buena ventilación reduce el riesgo, pero no lo elimina por completo, algo que podemos comprobar con las combustiones que se producen al aire libre, tanto las accidentales como las provocadas. Es importante notar que el olor característico de algunos de los gases inflamable ha sido aportado por procesos artificiales para que puedan ser identificados con facilidad en casos de escapes.
Los combustibles son sustancias que, como arden con facilidad, son inflamables. Al oxidarse violentamente, un combustible libera energía que puede aprovecharse (para el funcionamiento de un motor, por ejemplo). Dicha combustión, por supuesto, debe provocarse de forma voluntaria y realizarse en un entorno controlado: de lo contrario, se trataría de un accidente.
La madera es un combustible sólido; es decir, un sólido inflamable. Muchas veces se usa para encender fuego y calefaccionar un edificio o mantener un cierto radio a una temperatura adecuada para un grupo de personas que se ubican a su alrededor. Sin embargo, por su condición de material inflamable, en ocasiones arde accidental o espontáneamente. Por eso se debe tener mucho cuidado en los bosques, donde hay numerosos árboles que pueden llegar a arder. Nadie debería prender una fogata en una zona boscosa ya que podría derivar en un incendio sin control.
El correcto almacenamiento de un material inflamable debe cumplir ciertos requisitos, algunos de los cuales se exponen a continuación:
* las paredes de un depósito nunca deberían estar fabricadas en materiales inflamables, de manera que puedan aislar un potencial incendio;
* para el techo no se aconsejan las tejas de barro, sino materiales frescos y liviano;
* las puertas más adecuadas son las metálicas que abren hacia el exterior;
* la buena ventilación es esencial, tanto como evitar que la luz del sol incida directamente, que se filtre el agua de lluvia y que se produzcan daños mecánicos;
* es importante identificar con claridad la zona de almacenamiento con carteles fáciles de leer. Además, el acceso debe ser exclusivo para el personal capacitado.