Definición de homilética
Se denomina homilética a la aplicación de las nociones de la retórica en el marco de la predicación. Puede considerarse como un arte o una disciplina que apunta a transmitir un discurso religioso o un sermón de manera efectiva.
La homilética, por lo tanto, implica la selección, la organización y la preparación del material que se utiliza para predicar. El objetivo del sacerdote o predicador es poder comunicar con claridad aquello que desea difundir.
A través de la homilética, se analizan la elaboración, la composición y los estilos de los sermones para presentarlos correctamente en el discurso religioso. Así se transmiten las enseñanzas de Dios a los fieles y se desarrolla la tarea evangelizadora.
Es importante tener en cuenta que el Vaticano ha destacado que no puede haber improvisación en la homilía. Por eso en 2015 presentó un Directorio Homilético con consejos para que los sacerdotes puedan preparar las homilías y mejorar su llegada a todos los creyentes.
Estas sugerencias de la homilética fueron recopiladas por la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos. El propio papa Francisco sentó las bases del documento al afirmar que la homilía no es un “espectáculo de entretenimiento”, aunque tiene que aportar fervor a la celebración. El sumo pontífice también advirtió que el predicador que no prepara su homilía es irresponsable y deshonesto.
Saber cómo usar la voz y dominar el lenguaje gestual son dos cuestiones de la homilética que ayudan a incrementar la eficacia de la homilía, de acuerdo a los criterios aceptados por la Santa Sede.
Encontrar una idea interesante y —¿por qué no?— original no es tarea fácil para un sacerdote, en especial a lo largo de sus primeros años al frente de una parroquia. Esta es una de las cuestiones que más preocupan a los estudiantes de homilética, pero no debe convertirse en una presión imposible de soportar sino en un incentivo para conseguir que cada homilía supere la anterior.
Es importante recordar que las celebraciones religiosas no son eventos superficiales, sino que los fieles aprecian la reflexión y la palabra de Dios: no se enfadarán ni perderán el interés en la misa si los temas no siempre son impactantes, sino que sabrán mirar más allá y llevarse las enseñanzas con la ilusión de volver a encontrarse con sus compañeros la vez siguiente.
Puntos fundamentales de la homilética
En la difícil tarea de preparar una homilía, el sacerdote prestar especial atención a los siguientes puntos:
* el tema principal: el sermón debe realizarse con un objetivo bien definido, y por eso la pregunta que dispare toda la organización debe ser «¿de qué deseo hablar?». Recién cuando el sacerdote pueda responderla con total firmeza debe proceder;
* el uso de textos: apoyarse en los textos de la Biblia durante el sermón evangélico es una costumbre que data de tiempos inmemoriales, y aún no ha perdido fuerza. Por esta razón, se recomienda continuar con ella para darle a la ceremonia un carácter más divino;
* sermón temático: se trata de exponer un tema o un asunto en particular, de manera independiente a los textos bíblicos, para poder enfocarse en la doctrina o el conjunto de enseñanzas que las Escrituras nos ofrecen al respecto;
* subdivisiones: una vez que contamos con el tema y los textos en los que nos apoyaremos, por ejemplo, llegan el momento de pensar el flujo de la ceremonia, las partes en las que dividiremos la homilía, tomando en cuenta la estructura que de por sí debemos respetar;
* la introducción: si bien es lo primero, muchas veces se planea al final del proceso. La introducción debe ser consistente e impactante, para captar la atención de todos los asiduos y de los que pisan el templo por primera vez y conseguir que se queden hasta el último segundo.