Definición de hemolinfa
La hemolinfa es un fluido que circula por el interior de algunos animales invertebrados. Se trata de un líquido que, por sus características, resulta equivalente a la sangre de los seres vertebrados.
Propiedades y composición
Las propiedades de la hemolinfa varían según la especie. Puede ser transparente, verde o anaranjada, ya que su pigmentación en algunos casos procede del metabolismo y en otros, es una consecuencia de la alimentación.
La hemolinfa es la sangre de los insectos
En la composición de la hemolinfa aparecen tanto sustancias orgánicas como inorgánicas. Es posible encontrar proteínas, aminoácidos, hidratos de carbono, lípidos y agua. También es común que tengan agentes nucleantes que se encargen de protegerla contra la congelación extracelular; esto se puede observar en insectos de diversos órdenes, como ser los escarabajos y las moscas.
La cantidad de proteínas que podemos encontrar en la hemolinfa es diferente en cada parte de su desarrollo. Su clasificación se lleva a cabo de acuerdo con sus funciones, dando lugar a los inhibidores de la proteasa, las proteínas croma, las enzimas y más. Con respecto a los aminoácidos libres, éstos se encuentran en grandes proporciones en los artrópodos. En dos especies dadas es posible apreciar valores diferentes de concentración relativa, la cual también está ligada al momento del desarrollo del organismo.
La hemocianina es una proteína que tiene la función de transportar el oxígeno en la hemolinfa; se encuentra en ciertos moluscos, arácnidos y crustáceos. Otros de los componentes fundamentales de la hemolinfa son el agua y las sales inorgánicas (en especial el cloro, el potasio, el sodio, el calcio y el magnesio).
Tras el metabolismo del nitrógeno, sus productos finales se encuentran en la hemolinfa, aunque en concentraciones moderadas; estamos hablando de urea, ácido úrico, amoníaco y alantoína, entre otros.
Funciones de la hemolinfa
En la hemolinfa, por otra parte, hay distintas clases de células. Entre las funciones de estas células aparecen el traslado de oxígeno, hormonas y nutrientes; la coagulación; y la termorregulación. También incide en los procesos del sistema inmunitario, contribuyendo a la defensa frente a la acción de microbios.
Otra función de la hemolinfa es ejercer distintas presiones para favorecer el desarrollo o la metamorfosis de los insectos. La irrigación de la hemolinfa -y la presión que el líquido ejerce en el sistema circulatorio- permite que las mariposas desplieguen sus alas, por mencionar un caso.
Es importante tener en cuenta que, en lo referente a los insectos, el sistema circulatorio es abierto. Por lo tanto, los órganos reciben directamente a la hemolinfa, que circula por un único vaso sanguíneo (aunque hay excepciones) con aberturas.
Se estima que la hemolinfa puede representar entre el 5% y el 40% del peso de un animal. Esta variación tan amplia depende de las particularidades que presenta cada especie.
Los escarabajos tienen en su hemolinfa agentes nucleantes
Origen etimológico
Este término tiene una historia relativamente breve, ya que surgió en la segunda mitad del 1800, en el ámbito de la biología. Con respecto a su composición, podemos decir que es una palabra híbrida en la que encontramos el término griego haima (que se define como «sangre») y el sustantivo del latín lympha («agua, manantial, río»).
Este último se encuentra con dicho significado en especial en la poesía romana de Ovidio, Virgilio y Lucrecio. Por otro lado, también puede hacer referencia al agua de quien sufre de hidropesía, la acumulación o retención de líquido claro en las cavidades o los tejidos. Otra acepción de lympha es el nombre de la «diosa del agua».
Volviendo al primer componente del término hemolinfa (haima), se trata de un vocablo que encontramos en un gran número de palabras, algunas más conocidas que otras, como ser hemólisis, hematocrito, hemodiálisis, hemoptisis, hematopoyesis, hemorragia y hematíe.