Definición de geranio
El vocablo griego geránion derivó en el término latino geranĭon, que al castellano llegó como geranio. Así se denomina a la planta que integra el grupo familiar de las geraniáceas, a su vez pertenecientes a las angiospermas.
Por sus características, los geranios son tanto angiospermos (sus carpelos componen un ovario que contiene los óvulos) como fanerógamos (sus órganos de reproducción pueden verse en forma de flor, donde se desarrolla la fecundación) y dicotiledóneos (su embrión presenta dos cotiledones). Estas plantas son originarias del continente africano, aunque actualmente se cultivan en gran parte del mundo.
Los geranios pueden tener tallos de hasta cuarenta centímetros de altura. Tienen hojas pecioladas y opuestas, flores de diversos colores y frutos en forma de cápsula con una semilla cada uno. De acuerdo a la coloración y el aroma de las flores y a las características de las hojas, es posible distinguir entre cientos de especies de geranios.
Por la belleza y la fragancia de sus flores, los geranios suelen cultivarse con fines paisajísticos. Crecen en suelos no demasiado húmedos, con una necesidad de luz que depende la especie: algunas requieren pleno sol y otras, sombra.
Al igual que cualquier planta, los geranios pueden sufrir el ataque de plagas o padecer enfermedades. Los ácaros, los pulgones y las babosas son algunos de los animales que pueden afectarlo, mientras que los hongos pueden desarrollarse en sus hojas, manchándolas.
En este marco, cabe destacar que una de las plagas que afecta a estas plantas es la mariposa del geranio, que es oriunda de Sudáfrica pero llegó a la región mediterránea. Este lepidóptero come las hojas de los geranios en su etapa de oruga.
Como sucede con casi todas las plantas, el geranio tiene una serie de propiedades medicinales que lo vuelven muy beneficioso para el ser humano. Por esta razón, su uso no se limita a la ornamentación del hogar, sino que también se aprovecha en infusiones y otros preparados. Veamos algunos de sus beneficios a continuación:
* es analgésico: el geranio puede calmar diversos dolores, tanto los leves como los intensos, y también los que se presentan de manera crónica. Para ello se debe preparar un té con sus hojas. Es importante señalar que sus efectos son pasajeros, por lo cual no se trata de un tratamiento definitivo;
* disminuye el estrés: el té de geranio es muy relajante, y no sólo actúa sobre el dolor físico, sino también sobre el mal humor y el estrés. Precisamente, gracias a sus componentes químicos actúa sobre el sistema endocrino y colabora con el equilibrio de las hormonas que nos desestabilizan anímicamente;
* es desinflamatorio: otra de las propiedades del geranio se puede apreciar en el tratamiento de inflamaciones musculares, articulares e intestinales;
* es digestivo: las bacterias que provocan malestar gastrointestinal y dificultan la correcta digestión pueden ser combatidas con la ingesta de geranio;
* fortalece el sistema inmune: para casos de gripe o resfrío, el geranio ofrece una serie de propiedades antibacterianas, antifúngicas y antisépticas, que se pueden aprovechar masticando sus hojas o bebiendo una infusión;
* mejora la salud de los riñones: sus componentes volátiles fortalecen los riñones estimulan la acción de orinar, gracias a lo cual se elimina el exceso de grasa, agua y sales.
En definitiva, el geranio se puede consumir en forma de infusión o bien masticando sus hojas directamente para aprovechar un gran número de beneficios. Además de los mencionados en la lista anterior, algunos problemas que puede tratar son las hemorroides, la tiña, la amigdalitis, la diarrea, el reumatismo y las heridas cutáneas. Por otro lado, también se usa su aceite esencial con diferentes objetivos que van desde aromatizar los ambientes hasta saborizar las comidas.